El Campus no se toca

La posible supresión de tres grados universitarios y la conversión de otros dos en títulos interuniversitarios ha provocado una importante reacción social en Lugo

José Luis Ramudo

Lugo - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La posible supresión de tres grados universitarios y la conversión de otros dos en títulos interuniversitarios ha provocado una reacción social en Lugo, liderada por las instituciones y los partidos políticos, para frenar una iniciativa que podría suponer una merma importante en la oferta educativa del Campus Terra, que depende de la Universidade de Santiago de Compostela.

Tanto el Ayuntamiento de Lugo como la Diputación Provincial han expresado ya su rechazo a la posibilidad de que desaparezca el grado de Procesos Químicos Industriais -en Ciencias- y dos de los cinco grados que se imparten en la actualidad Escola Politécnica Superior -Paisaxe y Enxeñaría Civil- y de que otros dos -Agrícolas y Forestais- sean compartidos con la Universidade de Vigo.

De hecho, la propia Diputación de Lugo amenazó con revisar los acuerdos de colaboración que mantiene con la propia Universidade de Santiago de Compostela para el funcionamiento del campus si finalmente esa “decisión unilateral” se lleva adelante. Desde el propio gobierno provincial, su presidente, José Tomé, recordaba que la aportación anual de la insitución ronda el millón de euros cada año.

La propia Universidade de Santiago de Compostela, ante la citada reacción social, anunció que cualquier decisión al respecto queda aplazada durante un año. Sin embargo, ni siquiera ese paréntesis ha sido suficiente para calmar la inquietud que se vive en Lugo en relación con este tema y los partidos políticos han empezado a mover ficha para que, realmente, nunca llegue a plantearse esa situación.

En concreto, el área socialista del gobierno local defenderá en el pleno de este mes una iniciativa para que el Campus Terra mantenga sus actuales grados, mientras que el BNG ha creado una plataforma social en defensa de la oferta educativa de la Universidade de Santiago de Compostela en Lugo, además de presentar diversas iniciativas en el Parlamento de Galicia, defendidas por la diputada Olaia Rodil.

Por su parte, el Partido Popular de Lugo subraya que el “estudio del plan de titulaciones” por parte de la Universidade de Santiago supone “una nueva oportunidad para potenciar el campus de Lugo” y para conseguir que se “convierta en un revulsivo de la ciudad”.

En ese sentido, ofrece “toda la colaboración para conseguir que las diferentes administraciones trabajen de la mano en beneficio de la ciudad” e invita al Ayuntamiento de Lugo a “liderar un plan encaminado a hacer de la ciudad un referente de ciudades universitarias”.

DOCENTES

En medio de toda esta situación, la directora de la Escola Politécnica Superior de Enxeñería, Rosa Romero, reivindicó en las últimas horas el “cometido esencial” que desempeñan los profesionales técnicos formados a través de las ingenierías agroforestal y civil para avanzar en la transformación de un medio rural hacia un “entorno vivo, sostenible y con futuro”.

Hizo estas declaraciones en la sesión de apertura de la jornada de clausura de un foro de intercambio de experiencias y conocimientos en la aplicación del programa europeo Leader, un encuentro en el que participó personal téncio y responsables de grupos de desarrollo rural de Galicia y Asturias.

En declaraciones a Cope Lugo, la profesora Monserrat Valcárcel, que en su momento fue vicerrectora del campus, reconoce que, el simple hecho de que se haya hecho un anuncio en ese sentido es ya “una mala noticia”.

Por otra parte, esta profesora, con una dilatada experiencia en el ámbito docente e investigador, también en el campo de la gestión -precisamente como antigua vicerrectora del campus- opina que exigir 45 alumnos de nueva matrícula para mantener un grado es, cuanto menos, poco realista en el año 2023. Más aún si hablamos de ingenierías.

De momento, no hay nada definitivo, pero la amenaza permanece latente sobre el campus de Lugo, lo cual augura una lucha larvada durante meses y meses para que, al cabo de un año, la ciudad no se encuentre de nuevo con este problema encima de la mesa.

Temas relacionados