El comisario jefe asegura que "Lugo sigue siendo una ciudad tranquila"

El Cuerpo Nacional de Policía celebra este martes en Lugo la festividad de su patrón, con una misa en la catedral y la condecoración a los agentes destacados en el servicio

Los policías de Lugo celebran el día de su patrón

José Luis Ramudo

Lugo - Publicado el - Actualizado

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El comisario jefe de Lugo, José María Esteban Corral, reconoce que el aumento de la ciberdelincuencia es, efectivamente, uno de los problemas con los que tiene que lidiar el Cuerpo Nacional de Policía y, aunque a veces la lucha es un tanto desigual, afirma que los agentes encargados de investigar este tipo de delitos también van “aprendiendo” a hacerle frente.

“La ciberdelincuencia va aumentando cada vez más, pero también nosotros vamos aprendiendo. Se hacen operaciones de ámbito nacional. Se van poniendo remedios, vamos aprendiendo. En Galicia, tenemos equipos transversales y multidisciplinares”, dijo en declaraciones a Cope Lugo, antes del inicio de los actos para conmerar la festividad del patrón del Cuerpo Nacional de Policía en Lugo.

Reconoció que, a veces, parece una “lucha de David contra Goliat”, porque “una gran parte de la población”, especialmente las “personas más mayores”, tiene un conocimiento limitado de ese ámbito, por lo que resulta “muy complicado” hacerle frente a la ciberdelincuencia, que implica un elevado grado de especialización.

“Nos cuesta”, afirmó Esteban Corral, pero “con el tiempo, con el impulso de la juventud, las enseñanzas y la formación, se irá atajando”.

“Siempre lo hemos hecho” cuando surgen nuevos modos de delincuencia, añadió, “estamos en ello, intentamos formarnos y ahí estamos, en la lucha”.

CIUDAD TRANQUILA

En relación con otro tipo de delincuencia, el comisario jefe opina que Lugo “sigue siendo una ciudad tranquila”, pero también “viva, con sus cambios y sus tendencias, como todas las demás”.

“Siempre hay algo que nos preocupa. Algo que en un momento determinado puede surgir, pero normalmente tratamos de darle la respuesta adecuada, que suele dar resultado, y se vuelve a la normalidad”, precisó el comisario.

En los últimos dos o tres años, la Policía Nacional ha estado “muy pendiente” de ponerle freno al tráfico de estupefacientes. “Siempre me ha preocupado que se pueda vender droga tranquilamente” en las calles. “Es un mal ejemplo para la gente joven y una circunstancia que influye mucho en la seguridad y en la imagen de la ciudad”, aclaró.

Aunque normalmente, cuando un traficante es detenido, se le intervienen cantidades más o menos pequeñas de droga y “los jueces, aplicando la ley, lo deja en libertad”, recuerda que luego “saldrán los juicios”.

“Cuando lleguen las condenas, lo van a pagar. La gente que se dedica a esto sabe que estamos encima, que tienen que tener cuidado y que nosotros trabajamos para que la ciudad esté más o menos limpia. Se está muy pendiente de este asunto. Siempre me ha preocupado y nos hemos dedicado en los dos o tres últimos años a erradicar esto”, insistió.

OKUPACIÓN

En cuanto a otro fenómeno que provoca mucha alarma social, como es la ocupación ilegal de viviendas, reconoce que “trasciende un poco” de la labor policial.

“Si una vivienda es de alguien que está viviendo en ella, se va de vacaciones y se la ocupan, nosotros la desalojamos. Es un como un robo. No tenemos ninguna duda en detener a esa gente y ponerla a disposición judicial. El problema es con las viviendas vacías, o las que son de bancos, ahí tenemos que estar pendientes de lo que dictamine el juez”, aclaró.

“Entiendo a los vecinos, que no les gusta tener cerca a esa gente. Su presencia a veces va unida a la delincuencia, al tráfico de drogas, pero lo tiene que decidir el juez”, insistió.