Se pone en huelga de hambre porque sus vecinos no le dejan dormir desde hace más de un año

Hacen ruido hasta altas horas de la madrugada e ignoran las sanciones de la Policía Local

Se pone en huelga de hambre porque sus vecinos no le dejan dormir desde hace más de un año

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Un vecino de Lugo, Juan Carlos Rivas Varela, se ha plantado esta mañana ante el Ayuntamiento de la capital lucense y ha iniciado una huelga de hambre para exigir que la administración municipal le busque una solución a los problemas que está teniendo con sus vecinos de arriba desde hace más de un año, dado que no le dejan pegar ojo ni a él ni a su mujer hasta altas horas de la madrugada.

En declaraciones a Cope Lugo, Juan Carlos, que vive en un edificio en la parte alta de la Avenida da Coruña, asegura que sus vecinos, “de etnia gitana”, no “dejan de hacer ruido hasta las tres o las cuatro de la madrugada, porque al día siguiente duermen hasta las dos de la tarde”, lo que ha convertido la convivencia en un auténtico infierno para él y para su mujer.

“Se escuchan gritos, insultos, portazos y hasta un monopatín que recorre el piso de arriba de un lado a otro de madrugada”, dijo Juan Carlos Rivas, quien también explicó que la Policía Local se presentó en varias ocasiones y tramitó las correspondientes denuncias, pero “ellos les da igual, porque son insolventes y no pagan las multas”.

De hecho, reconoció que la situación se vuelve incluso peor cuando se presenta la Policía Local, porque “cuando se van los agentes hacen todavía más ruido”.

También habló con el propietario, pero de momento, aunque le dijo que ni siquiera tienen al día “el pago del alquiler”, no “hizo nada” efectivo para solventar esta situación.

A finales de mayo, Juan Carlos, que ha sido sometido a dos operaciones oncológicas en los últimos años, se presentó en el Ayuntamiento de Lugo para pedir ayuda, pero a pesar “de las promesas”, la situación no ha cambiado nada y, llegados a este punto, asegura que está dispuesto a mantener la huelga de hambre hasta que se solucione una situación que no le deja “vivir”.

“Llevamos un año sin poder dormir. Hasta las tres o las cuatro de la madrugada no paran los ruidos y mi mujer tiene que levantarse a las seis de la mañana para salir a trabajar. No podemos vivir. No puedo vivir. No pienso marcharme hasta que me den una solución”, aseguró.

“Esto no es vida. No se puede vivir con esta tensión. No podemos más”, lamentó.

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