Esperanza en la recuperación del empleo tras la oferta de 2,5M de Reny Picot por Tegestacín
En cualquier caso, la CIG recuerda que la vinculación del personal de Tegestacín - un total de 71 trabajadores- con la planta ya no existe
Lugo - Publicado el - Actualizado
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La CIG reconoce que “hay lugar para la esperanza” en cuanto a la recuperación de los puestos de trabajo después de que la empresa Industrias Lácteas Asturianas -Reny Picot- hubiese presentado una oferta de compra, por valor de 2,5 millones de euros, para adquirir la fábrica de Tegestacín -las antiguas instalaciones de Leche Pascual-, en el municipio lucense de Outeiro de Rei.
En declaraciones a Cope Lugo, el secretario de la Federación de Transporte e Alimentación de la CIG en Lugo, Christian López Carmona, precisó que la “vinculación del personal” de Tegestacín - un total de 71 trabajadores- con la planta “ya no existe”, dado que están todavía inmerso “en el proceso abierto” para recuperar el dinero que se le debe y cobrar las cantidades correspondientes a su despido.
En cualquier caso, también precisó que la implantación de “cualquier industria láctea en este país, si viene avalada por un proyecto solvente”, es “garantía para la creación de puestos de trabajo de una cierta estabilidad”.
En ese sentido, la oferta de compra planteada por Reny Picot abre efectivamente una puerta “a la esperanza”, pero cualquier valoración debe venir acompañada en este momento de “mucha cautela”, precisó.
EXPECTATIVA DE FUTURO
“Hay una oferta que puede acabar en una expectativa de futuro. Es lo deseable, una buena noticia. En todo caso, tenemos que mantener la cautela, ver qué puede representar para estas instalaciones. Hay que tener en cuenta la historia de esta fábrica, que tuvo una capacidad limitada para generar empleo cuando no se apostó por la transformación de producción y generó muchos más puestos de trabajo cuando sí se apostó por producir con valor añadido”, explicó el portavoz sindicato.
A su juicio, “es positivo que se confirme la noticia”, pero también recordó que en su momento la CIG presentó una “demanda de imprudencia punible”, como “mejor garantía para garantizar el estado de conservación de la planta”, pero “en este proceso no fueron autorizadas las medidas cautelares solicitadas” por el sindicato.
Por lo tanto, se produjo un “desguace” de la fábrica hasta dejarla en la actual situación, en la que serán necesarias inversiones para ponerla de nuevo a funcionar.