Así fueron los primeros pasos de un instituto de la montaña de Lugo: "Recogimos con una furgoneta los pocos muebles sanos de las unitarias"

A veces parece que las cosas estuvieron siempre ahí. Que los servicios públicos brotaron como los setas en otoño, pero no es cierto. Lo que hoy se considera como algo normal es el resultado, especialmente en el medio rural, de la implicación personal de mucha gente, de nombres propios que lucharon para que los vecinos de las aldeas tuviesen las mismas oportunidades que disfrutan los residentes en las áreas urbanas. 

• Este fin de semana recibieron el Butelo de Ouro en A Fonsagrada el primer alcalde de la etapa democrática, Antonio López, y el primer director del instituto, Álvaro Touza. Fue un reconocimiento a su implicación para impulsar la educación pública en la comarca. El instituto de la localidad comenzó a funcionar en 1979 gracias al empuje de ambos. 

Touza recordó durante su intervención en este acto de homenaje que los inicios no fueron sencillos. Álvaro y Antonio usaron una pequeña furgoneta del Ayuntamiento para recoger los pocos muebles sanos que habían quedado en las antiguas escuelas unitarias. 

Así, lograron dotar al instituto de algo de material para iniciar el curso. Las clases comenzaron con un mes de retraso, "pero comenzaron", recordó Touza.

El instituto comenzó a funcionar con cuarenta alumnos, divididos en dos grupos, y solo tres profesores.