El "flâneur" de las calles de Lugo: entre la admiración y la frustración

Joli es un personaje peculiar de Lugo, un alma errante que ha hecho de la urbe su hogar y su laberinto personal. Conocido por su andar pausado y su mirada curiosa, recorre diariamente las arterias de la ciudad, observando cada detalle, cada cambio, cada rincón que se transforma bajo el paraguas de la modernidad.

Las obras han tomado a Lugo por asalto, convirtiendo sus calles en un escenario de levantamientos, caminos obstruidos y maquinarias en constante movimiento. Para muchos lugareños, es un signo de progreso, de renovación necesaria para adaptarse a los tiempos modernos. Sin embargo, para Joli, ese avance viene acompañado de una sensación agridulce.

"Está bien que arreglen las calles, que las hagan peatonales y más bonitas", comenta Joli con una mezcla de aprobación y descontento. Este caminante acérrimo, después de hablar a los micrófonos de COPE Lugo, sigue su marcha, pero tendrá que andar con cuidado para no tropezarse con vallas, adoquines resquebrajados o señales de desvíos.

LA PRUEBA DEL ALGoDÓN

Según la Wikipedia, la palabra francesa "flâneur" da nombre a aquella persona "que vaga por las calles, sin rumbo, sin objetivo, abierta a todas las vicisitudes e impresiones que le salen al paso". Según la Wikipedia, Joli es un "flâneur".

Su paseo cotidiano es una especie de travesía entre la admiración y la frustración. En su mente inquieta, la lucha entre el deseo de ver una ciudad moderna y funcional choca con la impaciencia de un caminante que anhela sentir el suelo firme bajo sus pies, sin topes ni impedimentos.

Ruega Joli en silencio por el día en que sus deambulaciones se vean liberadas de obstáculos, por el momento en que las obras finalicen y la ciudad renazca en todo su esplendor. Hasta entonces, seguirá siendo testigo y protagonista de esta transformación, esperando que al final del camino, Lugo resplandezca como un diamante pulido por el tiempo y el esfuerzo humano.

Si las obras de Lugo logran conquistar el corazón y los pies de Joli, entonces, tal vez, podamos decir con certeza que han pasado la "prueba del algodón" y merecen el título de "buen trabajo".