Inaugurado en Lugo un restaurante en las alturas: ha comenzado a funcionar en un local situado en la parte superior de una cárcel del siglo XIX
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, y el alcalde de la ciudad, Miguel Fernández, asistieron a la apertura del nuevo establecimiento, ubicado en un espacio que estuvo cerrado durante ocho años, desde la rehabilitación de O Vello Cárcere

El nuevo restaurante está ubicado en un local que estuvo cerrado desde 2017, cuando fue inaugurado el centro cultural O Vello Cárcere
Lugo - Publicado el - Actualizado
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La rehabilitación de la antigua cárcel del partido judicial de Lugo y su transformación en un impresionante centro cultural en el corazón del casco histórico de la capital lucense fue un auténtico hito para la ciudad, sin embargo, el local de hostelería habilitado en la parte superior del inmueble, con unas vistas magníficas sobre la Muralla, llevaba ocho años cerrado, porque ningún empresario del sector dio el paso para hacerse con la concesión.
Este miércoles tuvo lugar la inauguración oficial del restaurante habilitado en este espacio, un acto en el que participaron entre otras autoridades el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco; el alcalde de Lugo, Miguel Fernández; y el delegado de la Xunta de Galicia, Javier Arias.
El restaurante Musgo by Rabuda comenzó a funcionar hace ya unos días, de la mano de Antón Correa. Asegura que el establecimiento "tiene mucho potencial" y que su plan de negocio pasa, precisamente, por aprovechar todas las cosas buenas que ofrece un lugar tan singular.
Reconoce que uno de los motivos que echó para atrás a otros empresarios que, en un momento dado, pudieron interesarse por el establecimiento, fueron las condiciones de explotación.
El problema, precisó, es que fue concebido "como una cafetería", cuando en realidad ese tipo de negocio, a su juicio, no es viable en un lugar con estos condicionantes. Se necesita, reconoce "un ticket un poco más elevado" para hacer frente a los gastos que implica su explotación.

Vistas desde la cafetería de O Vello Cárcere
un número limitado de comensales
Su planteamiento es el de un restaurante con un número de mesas limitado, para que la gente "esté cómoda" y pueda disfrutar de las vistas sobre Campo Castelo y la Praza da Constitución. Aunque por superficie podría atender a más comensales por turno, prefiere que el establecimiento no sea un lugar "ruidoso", para que los clientes disfruten más de la experiencia.
De hecho, aunque dispone también de mesas altas "que son atendidas como gastrobar", para aquellos que prefieran "picar algo" en vez de comer a la carta, este local no tiene barra.
En cuanto a la carta, responde al concepto de "cocina gallega viajada", o lo que es lo mismo, platos innovadores, pero inspirados en sabores autóctonos y elaborados con productos de proximidad.

Vista de la fachada principal del Centro Cultural O Vello Cárcere
la rehabilitación de la cárcel: un hito para la ciudad
La rehabilitación de la vieja cárcel del Partido Judicial supuso, al menos desde un punto de vista práctico, recuperar para el uso público unas instalaciones que estaban totalmente desaprovechadas y en un mejorable estado de conservación; pero desde un punto de vista simbólico, también significó pasar página para, sin olvidar el pasado y todo lo que significó ese recinto durante la represión franquista, darle un nuevo significado a ese espacio, totalmente diferente, abierto a la cultura, al diálogo, a las iniciativas sociales y a la convivencia.
Este edificio histórico fue diseñado por el arquitecto Nemesio Cobreros en 1878, aunque no fue inaugurado hasta 1887, como la segunda cárcel modelo de España.
Sus puertas como centro penitenciario quedaron definitivamente cerradas en 1981 y no volvieron a abrirse, ya como un espacio cultural ciertamente original, hasta marzo de 2017, después de un proyecto de rehabilitación integral que supuso la inversión de 5,5 millones de euros -cofinanciados con fondos europeos- y de unas obras que comenzaron en 2012.
El alcalde de la ciudad confirmó este miércoles que le solicitará al Gobierno que este inmueble sea reconocido como Lugar de Memoria Democrática, como un "símbolo del compromiso con la memoria y la cultura de la ciudad".