Después de la tormenta llega....¡La fiesta!

Es cierto que la vida puede cambiar en décimas de segundo. Un suceso aparentemente mínimo puede ponerlo todo patas arriba. El paso de los restos del huracán 'Kirk', convertido ya en una borrasca otoñal, profunda e intensa, duró algo más que unos segundos. Fueron horas de copiosas precipitaciones y de vientos muy fuertes. En la capital lucense llegaron a caer desde el cielo más de 34 litros de agua por metro cuadrado. 

Daba un poco de pena pasar por la mañana por el entorno del recinto ferial de San Froilán, precintado por motivos de seguridad, con todas las barracas cerradas a cal y canto, mientras el agua caía de forma impenitente y el viento aullaba entre los árboles de la Avenida de Rodríguez Mourelo y el Parque de Rosalía de Castro.

Parecía que la borrasca iba a poner punto final a las fiestas patronales de Lugo, que todo iba a acabarse de forma anticipada a causa del mal tiempo. Pero la vida puede cambiar en unas décimas de segundo. El cielo tardó algo más de tiempo en despejarse, pero a media tarde comenzaron a abrirse grandes claros. Donde horas antes solo se percibía el gris ceniciento de unas nubes enfurecidas, comenzó a brillar el sol. Empezó a secarse el suelo y las lágrimas.

regresaron las luces de colores y el ruido

Y entonces, sucedió. Las luces de colores volvieron a marcar el camino de regreso al ferial. Las barracas levantaron la persiana y volvimos a escuchar ese sonido informe que genera la mezcla de decenas de músicas diferentes sonando al mismo tiempo. Un menú sonoro aderezado por otros ingredientes singulares, como las llamadas de los maestros de ceremonia de las tómbolas, las sirenas y bocinas que anuncian el principio y el final de la vuelta en las atracciones mecánicas; los gaiteiros que recorrían, de arriba a abajo y de abajo a arriba todo el recinto, y el bullicio.

Por supuesto, el bullicio. Las voces de los niños intentando llamar la atención de sus padres. El murmullo sostenido de cientos de conversaciones que, por reiteración, se convierte en clamor. Las carteras y monederos abriéndose. Y cerrándose, al menos hasta el día siguiente. El ruido, en definitiva, de la fiesta.

El Ayuntamiento anunció que todas las actividades previstas en el programa se retomaban con normalidad. La gente se prepara para vivir a tope un fin de semana de fiesta. En principio, las patronales de Lugo iban a finalizar el sábado, día 12, pero finalmente el gobierno local ha accedido a permitir la apertura del ferial una jornada más. El domingo, día 13, habrá una jornada especial, con precios reducidos para los usuarios, tanto para las atracciones de adultos como para las de niños.

"a la altura de las circunstancias"

Un feriante que habló con Cope Lugo reconocía que está muy satisfecho con la respuesta del Ayuntamiento de Lugo. “Nos ha dejado un día más, el domingo, para que hagamos el día del niño”, precisó.

“Los comisarios estuvieron pendientes de nosotros. También los Bomberos y la Policía Local. La respuesta del Ayuntamiento no ha podido ser mejor. Ha estado a la altura de las circunstancias. Tanto la Delegación de Cultura como los comisarios del ferial”, concluye.