Los vecinos de Lugo no dan crédito: las últimas intervenciones en el Miño son un puro fiasco
Desde una playa fluvial de quita y pon, pasando por unos mejillones enjaulados bajo las aguas del Miño, hasta unos grandes sacos de arena que pretenden servir como guía o ataguía de las obras del derruido caneiro de Acea de Olga, todo se mueve río abajo, fruto de la improvisación y la desidia
Lugo - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Todo parece sacado de una película de Paco Martínez Soria. Unas risas que, como siempre, pagarán los ciudadanos con sus impuestos. El último capítulo de esta serie de despropósitos es la reparación del caneiro de Acea de Olga, en plena ciudad de Lugo, frente al Colexio de A Ponte y justo al lado del Balneario de Lugo. Esta obra se ha planteado, por supuesto, para una época en la que el clima de la ciudad ya se deja notar: finales de verano, a las puertas de las fiestas de San Froilán, cuando llueve sí o sí. Desde luego, es la peor época para intentar desviar o secar un río cuando el caudal crece notablemente. De hecho, el Caudal Fest se llama así por algo: se celebra cuando el verano termina y las lluvias repuntan, pero nada, aquí nadie aprende. Como aquellos genios que decidieron trazar la A-8 por los montes de Abadín y Mondoñedo. Lumbreras.
El caso es que, de las decenas y decenas de sacos big bag que se instalaron sobre las piedras sanas del caneiro de Acea, hoy solo queda una exigua representación: cuatro o cinco. "¡Vai ti agora a buscalos río abaixo!", apunta un vecino.
Hablando con la gente, te das cuenta de que saben más que los técnicos
Primero, no deberían hacerse este tipo de reparaciones o trabajos en estas épocas del año, cuando en Lugo, y especialmente al final del verano, suele llover, lo que provoca que aumente el caudal del río, "coma se nunca chovera no San Froilán". Esto es sencillo de entender, ¿no? Incluso algún vecino, que parece atesorar la sabiduría de los antiguos, comenta que las piedras del caneiro, si se quieren reparar bien, deben colocarse de una forma muy concreta: "Antes, as pedras poñíanse en cuña e aguantaban ben, pero agora póchenchas en plano, empeza a traballar por debaixo e a pedra marcha". Y sobre la famosa playa de "quita y pon" que se ha instalado y retirado este verano, algún vecino lo tiene claro: "Se os caneiros estivesen arreglados como antes, valían como zonas de praia", que era lo que hacía la gente de siempre. ¿Oído cocina? Saber escuchar a los sabios es una gran virtud, una de esas que parece escasear entre tantos mandamases.