Echar purín o no echarlo, esa es la cuestión

Históricamente se ha empleado el xurro, o purín, para enriquecer el suelo pero ahora la forma de esparcirlo entra en tela de juicio. Desde Europa intentar legalizar su uso y, a partir de septiembre, los controles serán más estrictos.

Los ganaderos, como Suso Lodeiro, de Ribadeo, señalan que el xurro no es un desperdicio cualquiera, sino que "es una parte muy importante para la conservación del suelo". Y lo más lógico es reciclarlo, no eliminarlo.

En principio parece que la legislación va a permitir la modalidad de plato invertido para aplicarlo y prohibirá el abanico o cañón, excepto en los terrenos con pendientes superiores al 10%, pero las cosas no están claras por el momento. Agricultores y ganaderos tienen la mosca detrás de la oreja.

Muchos de ellos ya utilizan esa técnica pero si los requisitos cambian habría que invertir en máquinas, y se trata de una maquinaria muy sofisticada y costosa.

Construir más máquinas también es contaminar

Además, fabricar cisternas nuevas conlleva costes económicos y energéticos. Por ello sería más sostenible adaptar una cisterna ya existente, como destaca Eloi Villada, de la Sociedad Galega de Pastos e Forraxes.

Explica Villada que lo básico es utilizar bien el xurro pero también el resto de los abonos químicos y para eso lo primero es conocer el nivel de fertilidad del suelo y saber qué le falta.

Pero entre los químicos y los orgánicos, no hay duda posible, mejor utilizar el recurso propio pues "el tratamiento del purín aún es una quimera", según Villada.

Por último destaca que a día de hoy el suelo es muy fértil y equilibrado sin necesidad de abonos añadidos. Hay que estudiarlo y "acabar con la rutina de abonar por abonar".