Los romanos no usaban brilli-brilli

Los romanos ya tienen quien les vista. Con la llegada del Arde Lucus la gente se vuelca en las caracterizaciones y muchos recurren a diseñadores como la mindoniese Reme Espantoso.

Lleva meses cosiendo trajes, con detalle, mimo y a medida, para romanos y también para castreños.

Son exclusivos. Cuestan un mínimo de 350 o 400 euros. Eso es el mínimo, por arriba no hay límites -depende de lo que cada uno quiera gastar para convertirse en legionario, gladiador, castreño, sibila...

Siempre utiliza tejidos naturales, propios de aquella época, y avisa que lo que chirría es el brilli-brilli.

Según la diseñadora, de aquella se utilizaba el algodón, lino, también las pieles, pero nada de brillos (excepto en las corazas o cinturones de los romanos), por lo que los brillos y lures no tiene cabida en los diseños: "no son muy adecuados para la época".

Para hacer los trajes más exclusivos adquiere las telas fuera, en grandes ciudades de toda Europa. Compra mucho en Italia porque ofrece mucha calidad en los tejidos.

Estos días tiene el taller a todo tren, y eso que empezó a diseñarlos hace meses, pues la gente suele planificarlo con tiempo.

Está elaborando unas 70 prendas y es que hay quienes encargan varias vestimentas -sobre todo empresarios de locales de hostelería donde los trabajadores cambian de traje cada día.

Cuando su creación llega finalmente a las manos de la persona que lo encargó queda encantada. Ella suele mandarles fotografías para que se vayan haciendo una idea, pero a su juicio es muy mala fotógrafa y la realidad supera con creces a la estampa.

La fotografía no será lo suyo pero la aguja la tiene dominada.