El cultivo de la patata complementaba la economía del hogar en una Burela "pataqueira"

Los bureleses están de enhorabuena porque ya pueden volver a plantar patatas. Casi lo habíamos olvidado pero la polilla guatemalteca fue todo un lastre para una tierra en la que los vecinos son conocidos como pataqueiros.

Tradicionalmente en todas las casas plantaban. Para dar de comer a los animales y para consumo doméstico durante todo el año.

"Pataca de cedo"

Solían plantar la “pataca de cedo”, en el mes de diciembre, como explica Bríxida Pino.

Luego volvían a plantar sobre el mes de marzo. Además había mucha solidaridad entre vecinos y todos ayudaban a trabajar la tierra. Luego compartían una merienda todos juntos. Así lo recuerda Lola Vispo.

La siembra de este tubérculo ayudaba en mucho a la economía del hogar y en todas las casas iban tirando con su cosecha propia, para comer la familia y dar de comer a los animales.

La patata comprada no sabe igual que la de casa

"La patata comprada nunca sabe igual". Por eso María Begoña Febrero sintió que "le tocaba la lotería" cuando supo que levantaban la prohibición de siembra.

Los bureleses vuelven a ser pataqueiros tras 5 ó 6 años sin hacer honor a su nombre. Ellos están encantados con el apodo.