El papeleo trae de cabeza a los pescadores

Cuando pensamos en el trabajo de los pescadores los imaginamos dirigiendo un barco, luchando contra la marea y lanzando sus redes al mar, pero la realidad es bien distinta. 

La mitad de su tiempo la emplean en rellenar papeles debido a la enorme burocratización del oficio. De ahí que el relevo generacional esté en horas bajas, a los armadores no les quedan ganas de hacer de administrativos.

EL PAPELEO

Por ejemplo, para salir a pescar hay que despachar el barco en Capitanía Marítima, enrolar a los marineros en la sede electrónica, estudiar los reconocimientos médicos y la titulación de los tripulantes, tener los papeles de la lancha en vigor, con los reconocimientos de casco en seco y casco a flote, botiquines, balsa salvavidas, bengalas, radiobaliza... y un amplio etcétera.

En muchas ocasiones tienen que hacer el mismo papel por triplicado, para enviar a tres administraciones diferentes.

Basilio Otero, el presidente de la Federación Nacional de Cofradías, explica que la presión administrativa es demasiada y "para hacer algo que ya hacía San Pedro, que era simplemente pescar, se nos complicó bastante el asunto".

Este es uno de los temas que el sector ha transmitido a la Administración en la última Reunión Interfederativa de Cofradías del Cantábrico-Noroeste (celebrada en Burela), además de las potencias de los motores, el nuevo Reglamento de Control, que entrará en vigor en breve, o el nuevo Decreto de Reconocimientos Médicos que dejará a mucha gente en tierra, de forma inconcebible.

Indica Otero que "si tienes colesterol o eres diabético o tienes el sintrom, pues tienes problema  en función de a qué pesca vayas, de bajura o de altura... cosas que antes valían ahora no valen". Es algo que no concibe, máxime con la tecnología que tienen hoy día los barcos, con alarmas y avisos para todo. 

Y estas trabas cuando luego compiten en el mar con barcos de otros países europeos que no tienen que cumplir ninguna de esas normas.