DOMUND

Estrella, misionera gallega en Mozambique: "Era asquerosamente feliz, pero aquí recibo más de lo que doy"

El Domingo Mundial de las Misiones es una jornada anual en la que la Iglesia católica promueve el espíritu misionero y los valores cristianos. Se celebra el penúltimo domingo de octubre

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Estrella Arjomil tiene 54 años y lleva los últimos 17 a miles de kilómetros de su Vimianzo natal. Cambió la provincia de A Coruña por la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique.

Estrella se levanta a las cinco de la mañana y trabaja con enfermos de lepra en aldeas de este país africano. Esta es una zona de conflicto. Los católicos mueren degollados solo por sus creencias religiosas: "Cada día yo aprendo. Cuanto más tiempo llevas aquí, al final eres una iniciada y aprendiz". Asegura que, aunque a veces teme por su vida, sigue adelante: "

"CUANDO QUISE SER MISIONERA ME DIJERON QUE ERA LA CRISIS DE LOS 40"

¿Cómo sintió Estrella la llamada de servir a los demás? Nos dice que en España se sentía asquerosamente feliz, pero el apoyo de su familia la impulsó también: "Siempre tuve esa cosita de ser misionera, enfermera... Me tiraba mucho el área de salud. Yo estuve de hermanita en Gran Canaria. Es mi sitio de referencia, estuve doce años. Un pueblo generoso... Pero me consideraba asquerosamente feliz. Con los ancianos hacía de madre, de nieta... pero sentía que había algo más y quería hacer la experiencia de pobreza, de misionera. Me mandaron para Mozambique". Nos confiesa que le costó más salir que entrar. De hecho, incluso había quien creía que estaba pasando por una crisis de edad: "La crisis de los 40, me dijeron... míralo. Aunque mi familia me apoyó en lo que yo fuera feliz". Además se siente acompaña por Dios: "Hay un vínculo de la Iglesia de Santiago de Compostela con Cabo Delgado, tengo el compromiso de estar aquí de por vida, hasta que la salud me lo permita". 

Estrella Arjomil lleva 17 años como misionera

ESCENAS MUY DURAS

En Mozambique, Estrella trabaja con enfermos de lepra, pero ha vivido situaciones muy díficiles: "Hay cosas que me marcaron mucho. Desde 2017 tenemos conflicto armado aquí. Hubo ataques en una aldea donde nosotros trabajábamos... gente que tú conoces y me quedé plof. También ver a hombres hechos y derechos que tuvieron que marchar porque le quemaron las aldeas".

Nos relata otra secuencia que pone la piel de gallina. Un día se encontraron un centro de salud quemado y una cruz de madera: "Donde hacen el crematorio de los restos de basura del centro de salud. Esa cruz se colocó ahí por haber degollado a cinco personas por ser cristianos. Se encontraron los cuerpos descompuestos y los pusieron allí. Tú mirabas al hoyo… y decías, es que es el hoyo de la basura. La gente no retiraba los cadáveres por miedo a que volviesen los asesinos. Esto me remitió a la Biblia, gente que ha expuesto su vida por enterrar a los hermanos, gente que da su vida por ser cristianos, no renuncian a su fe".

Situaciones e imágenes que la han marcado, nos habla de un albino con cáncer o de personas enfermas que no tienen nada: "Una ancianita a la que le habían quemado la casa, no tenía ni para comer".

      
             
      

¿Cómo puede afrontar todo esto? Pues nos dice que empieza el día con una oración, dice, para cargar pilas, eso la ayuda.

"Cuando llegue el momento, es tan digno morir aquí (en Mozambique) como morir en Galicia. Cada uno tenemos nuestro día".

Estrella Arjomil

Misionera de la Diócesis de Santiago

EL DESTINO DE ESTRELLA

En alguna ocasión sí ha sentido temor por su integridad, sabe que hay zonas donde no puede exponerse, por prudencia. Pero tiene claro que ha ido a ayudar. Nos decía, no para quedarse aislada, en casa.

Después de esta conversación con Estrella una no puede evitar sentirse inútil en un mundo lleno de necesidades. Estrella me da una lección de dignidad, aunque puede venir a casa de vez en cuando, este año ha estado aquí rodeada de los suyos, acepta su destino: "La vida se la entregaste a Dios. Él cuida de ti. Y cuando llegue el momento... es tan digno morir aquí como morir en Galicia. Cada uno tenemos nuestro día, lo tengo claro".