reencuentros galicia 2024
Vuelve a Galicia por primera vez después de 66 años en Argentina: "De Ourense recuerdo la nieve"
Casi 200 gallegos emigrados a Latinoamérica cuando eran niños vuelven a sus raíces este otoño con el programa "Reencuentros" de la Xunta
Santiago - Publicado el
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María Piedad todavía recuerda el día que se subió al barco en Vigo rumbo a Argentina. Las acompañaron al puerto, a ella y a su hermana Dori, los abuelos que las habían cuidado durante años en Lobios. Sus padres y otra hermana "más chica" habían cruzado antes el charco, para buscar un futuro mejor para la familia. Tocaba reunirse y de aquel viaje de ida se cumplen sesenta y seis años: "quedaban nuestros abuelos en la orilla y el barco se empezó a ir...y cuando te das cuenta estamos lejos y hay dos puntos negros y nada más... era una tristeza muy grande, pero hubo que superarlo!"
María Piedad acaba de hacer por primera vez el viaje a la inversa: es una de las participantes en una nueva edición del programa Reencuentros con Galicia que desde hace más de treinta años ofrece la posibilidad a mayores de 65 residentes en el exterior de regresar durante unas semanas a su tierra natal e incluso volver a ver a los familiares que dejaron aquí al emigrar.
Dori sí que tuvo oportunidad de volver en alguna ocasión de vacaciones, para ver a un hijo que vive en Marbella, pero esta vez aprovecharon la oportunidad del programa de la Xunta para volver juntas: "como fuimos las dos, quisimos venir las dos", explica. "Vamos a llorar mucho en el pueblo", asegura sonriente: "para otros no significa nada, pero para nosotras... es un montonazo". En Lobios las esperan "dos primas hermanas, jugábamos con ellas... y una tía, la más chica, hermana de mi mamá"
"LA MORRIÑA ESTÁ DENTRO DESDE QUE TE VAS"
María Piedad asegura que "se acuerda de todo, por eso vine... es duro pero gratificante volver". De los trece años que vivió en Lobios antes de emigrar le viene a la cabeza, sin pestañear, "la nieve, que nosotros en Buenos Aires no vemos la nieve si no hacemos no sé cuántos kilómetros, los juegos... jugábamos a billarda... la vida en el pueblo era una vida linda, estabamos con los abuelos y no nos faltaba nada con ellos, el cariño también lo teníamos". Así que no es de extrañar que al llegar a Argentina, a pesar del reencuentro con los padres, asegura que pasaron "un año llorando todos los días, nos agarró muy fuerte". Con los ojos brillantes pero con mucha calma, asegura además que el Buenos Aires que se encontraron no era "el lugar de casas blancas que siempre habían pensado" después de leer De los Apeninos a los Andes. "No lo encontrás eso en Buenos Aires, nada que ver... y fuimos para Avellaneda, porque había mucho trabajo en ese momento y subíamos a la terraza para ver las montañas, porque lo único que había allí eran chimeneas de fábricas! Nada que ver..." A pesar de todo, María Piedad reconoce que fue pasando el tiempo, "se fue uno quedando y se fue adaptando".
Después de un par de días instalada en Nigrán, María Piedad contaba a La Tarde de Cope que ya había tenido la oportunidad de visitar Vigo y la ciudad nada tiene que ver ya con aquella que dejó hace 66 años, donde cogió el barco para América. "Antes no era una ciudad, ¡ahora es una gran ciudad!" Se declaró "muy sorprendida por el cambio abismal a lo que uno tiene en mente... no había toda esa edificación, es otro mundo, realmente es otro mundo", aseguró.
Si no le damos gracias a Argentina, la verdad es que poco entendemos
Desde Avellaneda han venido también aprovechando el programa "Reencuentros" Adolfo y Gloria. Él nació en Ourense pero se marchó con sus padres a Argentina con seis años; ella es hija de emigrantes -raíces gallegas e italianas- pero nació allá, donde se conocieron y se casaron. "Trabajaron mucho mis padres y yo, lo que me tocó...la vida fue buena", repite Adolfo, antes de asegurar que "la verdad, si no le damos gracias a la Argentina, poco entendemos". Allí se dedicó toda la vida al comercio, primero con varias carnicerías y luego, con una librería. "Tenía dos hijas mujeres, y la carnicería...no (les apetecía)... entonces cambié y puse librería, y ahí terminó mi vida de comercio". Está jubilado desde hace 18 años y eso le ha permitido visitar ya en varias ocasiones su tierra natal, a la que "arrastra" también a Gloria.
"La verdad es que me encanta, es divino esto", asegura ella, y añade que lo disfrutan "siempre que vienen": echando cuentas, Adolfo calcula que van unas diez veces. "¿Sabes lo que me llamó la atención a mi?" pregunta Gloria: "¿Sabés las montañas que tienen cosechas así en pila como escalones? Es admirable cómo lo trabajan", asegura, en referencia a las plantaciones de vino en bancales."Allá sobra tierra... si no siembran la que tienen... ¿A qué van a plantar en las montañas?!"
reencuentros, programa de éxito que sólo puso en pausa la pandemia
El secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, explicaba en Herrera en Cope Galicia que el programa Reencuentros ha ido creciendo año a año. Se nota el peso de la emigración gallega en Argentina porque de hecho, de allí procede habitualmente el grupo más numeroso de mayores que se acogen a esta posibilidad de "volver a coñecer a súa terra". Brasil, Uruguay y Venezuela son otros países desde los que proceden los casi doscientos participantes en la edición de este año. Requisito imprescindible es haber cumplido los 65 años, pero la media de edad está bastante por encima. "A más maior que ven este ano ten 92 anos, pero hai un número moi elevado de máis de 80". "Algúns levan vido nos últimos anos pero tamén hai quen leva máis de 60 sin visitar a súa terra" explica el secretario xeral de Emigración.
Desde las residencias de tiempo libre de la Xunta en Carballiño y Panxón, los participantes en "Reencuentros" tienen la oportunidad de desplazarse a otros lugares "para refrescar a súa memoria, que moitos deles téñena moi tenue, e que poidan disfrutar desa Galicia actual que a eles tamén lles enche de satisfacción".