Violencia de género

La mujer que perdió a sus hijas en Moraña, asesinadas por el padre: "Nosotras ni somos consideradas víctimas"

Utilizando a sus propias hijas para hacer daño a su expareja, en 2015 David Oubel asesinó brutalmente a las niñas, de 4 y 9 años.

En Negro

Redacción COPE Pontevedra

Pontevedra - Publicado el - Actualizado

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Rocío Viéitez, madre de las niñas asesinadas por su padre, David Oubel, en 2015, ha roto su silencio este 25 de noviembre (Día Internacional para la eliminación de la violencia de género) para trasladar las dificultades que padecen las madres y padres en su misma situación: "Nosotras tenemos tatuada la violencia de género en la piel y ni somos víctimas".

Nosotras tenemos tatuada la violencia de género en la piel y ni somos víctimas"

En un comunicado difundido a través de sus redes sociales, Rocío Viéitez reconoce la paradoja de expresarse un día como este 25N, teniendo en cuenta que la ley no reconoce a las madres de niños asesinados por las exparejas de sus progenitores como víctimas de violencia de género. "Las/los madres/padres de hijas/hijos asesinados no tenemos ni nombre que nos defina, somos huérfanos de hijos", apunta.

Por ello, y tras indicar que las mujeres víctimas de violencia de género y las asesinadas por sus parejas o exparejas "deben ser recordadas", hace un llamamiento para atender a las "madres rotas" que, como ella, "recuerdan a esos pequeños para mantenernos respirando".

Su dolor, apunta, "no termina con la pérdida brutal" de sus hijos, si no que continúa "años después" con el pago de "costas de juicios" y "deudas de malnacidos", así como con la certeza de "saber que, dentro de unos años, pedirán permisos de fin de semana".

En su caso, menciona, pasa por una sentencia de 300.000 euros de responsabilidad civil que "en la vida habrá" porque su exmarido "solo tenía deudas" e incluso por la reclamación a ella de la deuda de la hipoteca de la casa donde David Oubel mató a sus hijas. "Que se escuche la voz de los silenciados", clama.