Llega la hora de la verdad para el Pontevedra

Máxima expectación. Así es como vive Pontevedra las horas previas a un partido que puede ser decisivo. En juego, ni más ni menos que el ascenso a Primera Federación.

El equipo que dirige Yago Iglesias es el mejor de su grupo en la segunda vuelta. Y eso que los números a domicilio no han sido del todo bueno. Sin embargo, ha sido el más solvente en casa, consiguiendo un buen botín de puntos para afrontar las jornadas que faltan hasta el final.

Los granates aventajan en ocho puntos a su principal perseguidor, el Numancia, cuyos resultados han ido a peor desde que perdió en Pasarón a mediados del pasado mes de marzo.

A las puertas de la jornada, Pontevedra y Numancia están distanciados en ocho puntos. Eso supone que, si los granates ganan en Salamanca y el Numancia no gana su partido, se certificará el ascenso de forma matemática.

El técnico gallego sigue siendo fiel a su máxima de no poner el foco más allá que en partido siguiente. Solo sacando adelante su partido podrán aspirar al ascenso. "El grupo está como una semana, muy centrados en lo que depende de nosotros", manifestó el técnico en la previa del partido.

BIEN ARROPADO EN SALAMANCA

La marea granate se hará notar en El Helmántico. Serán en torno a 300 los aficionados que se desplacen hasta la capital charra para apoyar al Pontevedra en aras de conseguir el ascenso. Muchos de ellos lo harán en los autobuses que partirán de la ciudad, y otro buen número de seguidores se desplazará en sus medios particulares. 

 SEGUNDO AÑO INTENTÁNDOLO  

Han sido dos años de intensa lucha para el Pontevedra. La temporada pasada, en un final de año cuesta arriba, el equipo se quedó sin ascenso directo.

En el playoff, y a pesar de alcanzar la final, el Betis B fue superior y dejó al equipo pontevedrés sin el premio de subir de categoría, en una tarde para olvidar en Pasarón.

Este año, las cosas parecen bien distintas. El equipo vive en un estado de felicidad y concentración que alejan los fantasmas del pasado y que generan una ilusión en la ciudad como la de tiempos pasados.