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El septuagenario vigués que tiene hartos a sus vecinos: raya coches, portales y agrede a los viandantes
El hombre goza de impunidad por superar los 70 años y comparece cada quince días en sede judicial
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El hartazgo de los vecinos de los barrios de Lavadores y el Calvario tiene nombre propio y 79 años de edad. Es un hombre que goza de impunidad por ser mayor de 70 años, lo que le ha permitido rayar miles de coches en los últimos años e incluso agredir a sus vecinos sin apenas sufrir las consecuencias.
Si alguien decide aparcar su vehículo en las calles Martínez Garrido, Xílgaro, Merlo o Gregorio Espino, entre otras, podría sufrir las consecuencias 'en su propia carne', ya que es la zona de recreo de este anciano que pasea por la ciudad con una caja de palillos en un bolsillo que utiliza para bloquear las cerraduras de los vehículos a los que también causa daños con sus llaves. Desde la Policía Nacional indican que hay personas que han tenido que 'pagar caro' el entretenimiento de este vecino, que fue ingresado por orden del Forense en una institución para personas con problemas de salud mental de la que salió después de que los profesionales decidieran que estaba capacitado para llevar 'una vida normal'.
En las últimas semanas el comportamiento de este hombre ha llevado a los agentes de la Policía Nacional a sacar el asunto a la luz. El pasado miércoles agredió a un vecino de Vigo: "le partió un paraguas en la cabeza", según indican los agentes para los que ya es "un viejo conocido". No satisfecho con esta acción vandálica, el hombre 'volvió a la carga' el pasado domingo, cuando trató de agredir a otra persona que le estaba llamando la atención al ver cómo causaba daños en los vehículos que estaban estacionados.
Además, el pasado año el hombre fue detenido por realizar tocamientos a una mujer que paseaba por la calle peatonal del Calvario a la que gritó e incluso llegó a amenazar cuando ella le recriminó su actitud. La víctima llamó a la Policía y el hombre pudo ser detenido por los agentes en pocos minutos, no sin antes dejar constancia de su recorrido a través de ralladuras en al menos seis vehículos distintos.