CELTA
Un año de Marián Mouriño al frente del Celta
Se cumple el primer aniversario del cambio de poder en la directiva del club vigués
Vigo - Publicado el
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No es un día cualquiera para Marián Mouriño. La actual presidenta celebra que hoy, hace un año, tomaba el relevo de su padre y se ponía al frente del remozado consejo de administración del Real Club Celta.
Las cosas han cambiado de forma radical en tan corto espacio de tiempo. Porque, cuando hablamos de fútbol, 365 días es poco tiempo. Y aun así, Marián ha sido capaz de cambiar muchas de las cosas que mantenían tan lejos al club de sus aficionados, si bien es cierto que ya llevaba unos meses trabajando en la sombra y tomando decisiones importantes.
La hija de Carlos Mouriño entró por la puerta con la idea de llevar a cabo las tres líneas maestras de su mandato: recuperar la paz social, hacer un equipo cada vez más competitivo y hacer de la sostenibilidad económica una de las patas principales del Celta, en el presente y para el futuro.
La cuestión económica venía bien encauzada de la etapa anterior, con su padre al frente de la presidencia. El equipo ha ido de menos a más, sobre todo tras la llegada de Claudio Giráldez al primer equipo. Pero donde más avances ha conseguido es, sin duda, en recuperar la relación con todos los sectores que giran en torno a la actualidad del club.
Primero, a nivel insititucional. La relación con el Ayuntamiento de Vigo estaba completamente rota. Marián manifestó desde el minuto uno que su intención era que la relación Celta - Concello volviese a ser fluida o, al menos, lo más cordial posible. Y luego están los aficionados, que se sentían especialmente lejos del equipo en los últimos meses del patriarca de los Mouriño. El celtismo vuelve a llenar Balaidos, el ambiente en insuperable cada partido y el aficionado siente que forma parte del engranaje celeste.
decisiones difíciles
En tan solo un año, Marián Mouriño ha tenido que tomar un par de decisiones de mucho calado. La primera, sin duda, la de poner punto y final a la etapa de Rafa Benítez como técnico del Celta. Había infinitas esperanzas en un proyecto a largo plazo de la mano del entrenador madrileño, que acabó mucho antes de lo esperado por los malos resultados y la distancia con la comunidad.
Pero si difícil fue destituir a Benítez, más lo fue tomar la decisión de sus sustituto. Y ahí fue donde Marián demostró una gran valentía. Confiar en un entrenador joven y sin experiencia en Primera división, a pesar de que los números le avalaban en las categoría inferiores del Celta.
La apuesta por Claudio Giráldez fue tan valiente como arriesgada, pero es evidente que ha salido bien. El fútbol de 'su' Celta enamora a la grada. Los resultados han aúpado a una zona tranquila de la clasificación al equipo. Y el sentido de identificación de este Celta ha conseguido traspasar fronteras.
Sopla el viento a favor en Casa Celta tras la llegada de Marián Mouriño y de su nuevo equipo de trabajo. Pero ese viento viene precedido de una excelente disposición para llevar a cabo cambios osados, que permitan al Celta dar un paso más y seguir creciendo a todos los niveles.