MEDIO AMBIENTE

Árboles con decenas de miles de años emergen en Nigrán (Pontevedra) a causa de las mareas vivas

Una multitud se ha acercado hasta la playa de Priegue para contemplar este fenómeno

Redacción COPE Vigo

Vigo - Publicado el

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Hace 18 años que no vivía la costa gallega unas mareas vivas de la intensidad de las de estos días. Sube el agua hasta cotas tan elevadas que pocos se resisten a tomar una foto. Pero igual que suben, bajan. Tanto bajan que dejan al descubierto cosas asombrosas. Por ejemplo, en la zona de Priegue, en Nigrán, donde se pueden ver estos días árboles que tienen entre 8.000 y 10.000 años

Son de una época en la que desde Vigo se podía llegar caminando hasta las Islas Cíes, cuando lo que hoy es la ría de Vigo no era entonces más que un humedal, circunstancia que estos días nos han recordado las mareas vivas.

"Fue hace muy poquito tiempo. Lo que ocurre es que esto del poquito tiempo, cuando hablamos de tiempo geológico, es muy relativo. Estamos hablando de unos ocho o diez mil años. Claro, a nuestra escala temporal diez mil años es muchísimo, pero geológicamente es nada, apenas hace un instante, pero hace ese instante, esos ocho, diez mil años, el nivel del mar estaba bastante más bajo de cómo lo conocemos hoy", ha explicado en COPE el especialista Antón Lois, de la organización Amigos da Terra.

Cedida

Antón Lois

de ruta

Lois se ha llevado a una multitud a contemplar esos árboles emergidos. ¿De dónde salen? "En esa época la ría, tal como la conocemos, no existía. Todo lo que tenemos a nuestro alrededor era simplemente la desembocadura del río Verdugo y una enorme explanada donde se iban sedimentando todos los aportes del río", explica Lois, según el cual la orilla del mar estaba "muchos kilómetros" más lejos del punto en el que la vemos hoy. 

¿Y qué sucedió? "Pues que en esa zona había muchas lagunas con bastantes árboles de una zona muy, muy boscosa" y a medida que el nivel del mar fue subiendo las fue inundando. Entonces, "muchos de esos árboles quedaron sepultados y la falta de oxígeno debajo del agua y la salinidad los fueron conservando, exactamente igual que cuando vemos yacimientos arqueológicos de barcos de fenicios o auditivos", añade.

Cierto que la parte de esos árboles que estaba más cerca de la costa o del influjo de las mareas se fue rompiendo y fragmentando, y por tanto desapareciendo. "Pero los que quedan permanentemente debajo del mar se conservan. Y son los que en determinadas circunstancias, como cuando hay mareas vivas, pueden verse todavía".

no son fósiles

Según explica Lois, no se trata exactamente de fósiles porque no han llegado a petrificar. "Todavía tienen aspecto de madera y textura de madera", subraya, aclarando que son "como de barro", por lo tanto muy frágiles.

Y sin embargo, este fenómeno, si bien sorprendente, no lo es tanto como otros que se dan en la misma zona y que también están al alcance de nuestros ojos. De hecho, Antón lo califica de "anécdota" y da mucho más valor a "cosas que podemos ver todos los días".

Por ejemplo, en la playa de Patos, donde hay unos taludes en la bajada al arenal que cada vez que son azotados por las lluvias y los temporales, "dejan al descubierto toda la historia geológica de esta zona". Lo que se ve, dice, es "una playa casi fósil de hace ciento veinte mil años". Y lo que ves más sorprendente: debajo de esa playa de ciento veinte mil años se pueden ver los restos de lo que fue una playa de cantos rodados "de hace unos cinco millones de años". 

Todo lo anterior justifica la frase con la que se despide Antón: "Estas cosas de la geología parecen un ladrillo, nunca mejor dicho, pero al final son muy interesantes y muy entretenidas".