Madres coraje que llevan 35 años luchando contra la droga que quiere matar a sus hijos

Han pasado ya 35 años desde que un grupo de madres decidieron unirse para luchar contra un enemigo común: la droga que les estaba haciendo perder a sus hijos y las personas que se encargaban de traerla a Galicia. Como decimos de eso han pasado 35 años, pero la Asociación Érgete, con sede en la ciudad de Vigo, sigue hoy en día muy presente y sobre todo, activo.

35 aniversario de la Asociación Érguete.

Y por este motivo, aprovechando su 35 aniversario, la Asociación Érguete quiere recordar que la gente a la que atienden necesita, en este difícil año de pandemia, más ayuda que nunca. Llevan más de tres décadas ayudando a personas de toda Galicia con sus adicciones y por su experiencia reconocen que "en los momentos difíciles nunca podemos olvidar a las personas. Solamente juntos con una sociedad saludable y unida podremos salir mejores de las malas situaciones”, señala su presidenta y fundadora, Carmen Avendaño.

Durante el último año, la asociación ayudó a unas 5.000 personas, la mayoría de las cuales mejoró su situación. El mérito de su actividad está ahora mimso en un “contexto tan complicado como el que vivimos”, reconocen desde Érguete, pues pese al confinamiento, no ha conseguido menguar su actividad.

Nacimiento de la Asociaicón.

Érguete nació el 8 de octubre de 1985 para ofrecer a personas con adicciones del sur de Pontevedra y de toda Galicia un lugar de reunión, pero también para conseguir información, tratar de mejorar y hasta denunciar su situación. La asociación fue creada por un grupo de mujeres y madres a los que algún narcotraficante llamó "locas" y "terroristas". Ellas consiguieron profesionalizar e institucionalizar una lucha contra un problema que entonces la sociedad se negaba a ver.

Hoy, 35 años después, el legado y el trabajo de esas madres está en manos de un equipo de 30 profesionales de distintos campos sociales y la asociación está presente en las calles, en los colegios, en los hogares y hasta en las cárceles de A Lama y Teixeiro a través de seis programas de intervención social.