Se cumplen 15 años sin Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada, últimas víctimas mortales de ETA

El Ayuntamiento de Calvià celebra un acto de recuerdo y homenaje a los dos jóvenes guardias civiles asesinados por los terroristas de ETA en Mallorca

Cristina Requena

Mallorca - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Jueves, 30 de julio de 2009, a las 13.50 horas se produce una explosión en Palmanova (Mallorca). Comienza el caos, llegar hasta el punto del atentado es casi misión imposible. Tras la explosión, se cortaron todos los accesos a Palmanova y las autoridades iniciaron en las Islas la 'operación Jaula'. Se cerraron el aeropuerto de Palma y todos los puertos de las Islas con el objetivo de impedir la salida de los terroristas.

Comienzan a conocerse datos de la víctimas, son dos jóvenes agentes Diego Salvá Lezaun, un mallorquín de 27 años, y Carlos Sáenz de Tejada, burgalés de 28, ambos con apenas un año de servicio en la Guardia Civil. Salvá acababa de reincorporase tras pasar un largo periodo de baja por un grave accidente de moto que estuvo apunto de costarle la vida.

El vehículo del atentado en Palmanova, un Nissan Patrol, estaba aparcado en la calle frente del cuartel, que ahora lleva el nombre del agente Diego Salvà, donde el Ayuntamiento de Calvià ha celebrado, como cada año desde el atentado, el acto de recuerdo y homenaje.

Bomba lapa en el coche de la Guardia Civil en Palmanova

Acto conmemorativo 15 años después

El

, ha reunido a familiares, amigos, asociaciones y autoridades que

,

El alcalde de Calvià, Juan Antonio Amengual, ha cerrado el acto "hoy es el día del recuerdo, el día del no olvido, el día del no olvidamos. Sin odio, sin rencor, sin afán de revancha. Encajamos el dolor, pero jamás olvidaremos. Olvidar lo que sucedió sería volver a matar a Carlos y a Diego. Ellos viven en nuestras mentes y corazones. Eso no lo podrá borrar la bomba de ningún asesino de ETA. Por ello, este encuentro anual en el mismo punto en el que ETA hizo estallar el vehículo de Carlos y Diego, nos sirve para recordar que todas las preguntas necesitan de una respuesta. Las familias lo merecen. El conjunto de la sociedad lo exige".

El alcalde ha recodado "hoy, afortunadamente, ETA no es más que un macabro recuerdo de nuestro pasado. Pero su rastro de muerte y destrucción, por desgracia, también dejó huella en Calvià. Y sus víctimas no pueden caer en el olvido. En todo caso, el resentimiento no será nunca el motor que nos mueva. Todo lo contrario: preferimos la luz y mirar al futuro. Un futuro en el que prime la concordia, la unidad y la fraternidad entre todos los españoles. No olvidamos, repito, no olvidaremos. Pero tampoco nos quedaremos anclados en el pasado. Carlos y Diego, con su inquebrantable vocación de servicio público, nos alentarían a continuar trabajando. Y eso es lo que hacen, a diario, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que en días como hoy merecen un emocionante aplauso que os invito a compartir".

Último atentado mortal de ETA

Fue el último atentado mortal perpetrado por la banda terrorista en España, el día anterior, había explotado una furgoneta bomba frente a una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos.

En otro vehículo, un perro de la Guardia Civil encontró una segunda bomba-lapa, asida con bridas a los bajos del coche, que fue detonada de forma controlada por los artificieros del Gedex. Tenía un temporizador preparado para activarse a partir de una determinada hora de la mañana del jueves, lo que alejaba la hipótesis de que los terroristas hubieran accionado la bomba con un mando a distancia, y abría la posibilidad de que ya hubieran abandonado la isla cuando explotó la bomba que mató a los dos guardias civiles.

Unos días más tarde, el 9 de agosto, explotaron varias bombas de escasa potencia en algunos puntos de Palma. Antes, se produjeron llamadas en nombre de ETA alertando de la colocación de los artefactos.

El servicio de bomberos de Santa Ponça recibió una llamada de la banda informándoles de que durante la jornada se producirían diversas explosiones en Palma. La primera explosión se produjo a las 14.20 horas en un restaurante, La Rigoletta situado en Es Portitxol. Tan solo dos horas después explotó la segunda bomba en el bar Enco d’Es Molinar, y la última estalló sobre las seis de la tarde en las galerías comerciales de la Plaza Mayor de Palma.

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