Les toca a ellos prolongar la épica mallorquinista

Han pasado 21 años desde la conquista de la Copa del Rey, ha llegado la hora de continuar el legado

Les toca a ellos prolongar la épica mallorquinista

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Dicen que el pasado es un pozo sin fondo, si te asomas a él imprudentemente puedes no salir de ahí. Pero al mismo tiempo si te asomas de vez en cuando puedes verte reflejado, reconocerte. Es impotante conocer tu pasado, comprenderlo y repetarlo.

Si hablamos de instituciones, honrar el pasado es necesario porque la realidad de hoy está tejida con los hilos de quienes formaron parte de esa misma institución en su historia. En algo tan irracional y pasional como el deporte, el pasado ocupa demasiado espacio cuando el presente no es radiante.

Un baño de nostalgia inundó a los seguidores del RCD Mallorca en el año del centenario, en 2016, todo era mirar al pasado quizá porque el presente en Segunda División no era ilusionante, en plena decadencia institucional tras un periodo demasiado largo de caos, vergüenza, sombras, en la imagen del club y consecuentemente también en el terreno de juego. En ese proceso de autodestrucción, hasta el himno del centenario era nostálgico y miraba al pasado, a los momentos vividos. Era para echarse a llorar. La tristeza lo inundaba todo.

Aquel año se produjo un cambio que a la postre sería importante en la historia del Mallorca, la compra por parte de unos inversores estadounidenses que provenían del deporte profesional, de la NBA. El grupo de Robert Sarver y Andy Kohlberg desembarcaba con todas las pretensiones del mundo, estábamos ante un cambio de ciclo, pero la gestión en los despachos con la temporada en marcha y a pesar de las inyecciones de dinero y los fichajes, acabó como el Rosario de la Aurora, el descenso a Segunda B. Un trauma tras 37 años sin estar en la tercera categoría. Pero las grandes crisis pueden suponer oportunidad de cambio y renovación. Aquel descenso fue el inicio de una nueva era. El resto es conocido.

El club, la plantilla, el estadio, la afición, han crecido juntos y el club sigue en expansión, un ciclo que ha tenido tres ascensos y dos descensos, una montaña rusa, pero momentos que han marcado a toda una generación de jóvenes que desarrollaron sentido de pertenencia al RCD Mallorca tras el descenso al infierno. La llama mallorquinista creció aún más en todos aquellos jóvenes. El ascenso en Anduva y en especial en Son Moix ante el Deportivo la noche de Sant Joan, siguiente descenso y posterior ascenso en Tenerife tras otro año fantástico en Segunda, son los grandes momentos de este ciclo.

Pero han sido momentos de resurrección, no momentos de gloria, porque se entiende que la gloria es otra cosa, es lo que vivió una generación anterior, la conquista de la Copa del Rey en Elche. Han pasado 21 años de aquel momento, han pasado 25 años de la final de la Recopa en Birmingham, han pasado 26 años de la final de la Copa del Rey de Mestalla, han pasado 33 de la primera final de Copa de la historia en el Bernabéu, han pasado 23 años de la disputa de la Liga de Campeones por parte del Mallorca, han pasado 25 años desde la quinta plaza en la liga, 24 años de la tercera plaza en la liga, 23 años de, otra vez, la tercera plaza en la liga.

Todos estos hitos tienen más de dos décadas de antigüedad, momentos de la edad de oro del club que muchos jóvenes mallorquinistas sólo han visto en imágenes. Cualquier pasado siempre fue mejor cuando el presente no es ilusionante y has oído hablar cientos de veces de lo que hicieron con Cúper, con Luis Aragonés, cuando has visto en imágenes a Roa, Stankovic, Ibagaza, Engonga, Eto'o, Diego Tristán, Güiza, Arango etc.

No hay futuro si sólo miras al pasado. El futuro se construye con el presente, y sólo haciendo las cosas bien en el presente alimentarás un buen futuro que se convertirá en ese legado que debe crecer. Ahora les toca a ellos, es su momento, los aficionados del RCD Mallorca quieren que los Rajkovic, Greif, Valjent, Raíllo, Samú Costa, Darder, Dani Rodríguez, Antonio Sánchez, Muriqi, Abdón, Larin...sean sus héroes. Los mallorquinistas se merecen vivir lo que vivieron décadas atrás.

Se han hecho fuertes en la miseria, bajando al barro de la Segunda B y han crecido a la vez que el club y hasta mientras reformaban la casa. Y hasta se les ha puesto la piel tan dura como el equipo de Aguirre, un equipo poco estilista y muy fajador. Viendo el fútbol que han visto en los últimos tiempos se diría que nunca pensaron en llegar tan lejos, si bien alguno debió pensar que esa dureza de piel, el ser competitivos, luchadores, también podría dar sus réditos.

Ahora están ante la oportunidad de meterse en la cuarta final de la Copa del Rey de su historia, un presente con el que seguir cosiendo con hilo brillante el legado del RCD Mallorca. Se lo merecen.