21 años del fallecimiento del hombre que cambió el RCD Mallorca, Antonio Asensio

El 20 de Abril de 2001 fallecía el propietario del RCD Mallorca. Propició la modernización del club e impulsó la ciudad deportiva que lleva su nombre

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Nunca se puso la camiseta del Mallorca ni le dio patadas al balón en el Luis Sitjar, tampoco se sentó en el banquillo. Pero hablar de la historia moderna del Mallorca sin nombrarle es imposible. Es, fue, Antonio Asensio Pizarro, propietario del RCD Mallorca. Tal día como hoy de hace 21 años fallecía víctima de un cáncer.

Un empresario sin vínculo inicial con el Mallorca ni con el fútbol, un poderoso empresario de la comunicación en España que decidió entrar en el fútbol como un negocio más, pero que acabó sintiéndose presidente de un equipo de fútbol, acabó siendo un apasionado del color bermellón, de la isla. Fue su ojito derecho el RCD Mallorca, dicen quienes le conocieron y trataron aquellos años.

Antonio Asensio, presidente del Grupo Zeta, labró una estrategia comercial y empresarial en torno al fútbol para conseguir los derechos televisivos y entrar de lleno en el negocio del balón. Se trataba de conseguir influencia en clubes y obtener los derechos de televisión.Como consecuencia de su estrategia empresarial, aterrizaba en el RCD Mallorca sumido en plena crisis deportiva, con el club en Segunda y en vía muerta por la imposibilidad de su propietario, el también difunto Miquel Dalmau, quien había intentado reflotar el club tras descender en 1992 a Segunda, manteniendo la plantilla de Primera y haciendo un equipo para subir. Le costó mucho dinero al Dr. Dalmau pero no se logró el ascenso. Con Serra Ferrer en el banquillo se escapaba el ascenso directo, y el comportamiento del pobler, inaceptable para Dalmau, hizo que el técnico fuera destituido. Con Jaume Bauzà tampoco se logró el ascenso en la promoción ante el Albacete.

Lo siguiente fue un Mallorca de economía de guerra, Dalmau no podía o no quería invertir más de su patrimonio, tampoco sus socios. Y en esas llegó en 1995 el grupo Zeta. El Dr. Bartolomé Beltrán aterrizaba como cara visible de un proyecto empresarial ambicioso. Se trataba de incorporar jugadores de alto nivel que los asesores deportivos de Asensio estimaran conveniente para ascender y un entrenador idóneo para conseguirlo.

El proyecto se confió inicialmente a Víctor Muñoz y Pichi Alonso pero en la promoción ante el Rayo se quedaban a las puertas. En la temporada siguiente con el equipo líder, el Mallorca destituía al técnico y colocaba a Tomeu Llompart y Pepe Bonet. De nuevo promoción ante el Rayo y esta vez sí, ascenso a Primera. Se había construido un gran equipo, siempre en delicado equilibrio entre los criterios propios del club, que corrían a cargo de Pepe Bonet y Mateo Alemany, y los asesores deportivos de Asensio. Poco a poco Asensio confió más y más en sus hombres en Palma, Bonet y Alemany no le defraudaron, todo lo contario.

En Primera para sorpresa de todos llegaba un desconocido Héctor Cúper, una apuesta sorprendente, un buen puñado de jugadores descartados por el Valencia como Romero, Engonga, Gálvez, Moya... parte del bloque de Segunda y apuestas de Bonet como Juan Carlos Valerón etc. y lo demás es historia. Se iniciaba el mejor ciclo histórico de la historia del Club. Quinto puesto, final de Copa del Rey, tercer puesto, final de la Recopa, la Liga de Campeones. Cúper, Aragonés... Pura historia mallorquinista.

En medio de aquel ciclo, Antonio Asensio se harta de Beltrán, Un Asensio que se había mantenido en un discreto segundo plano, que no comparecía como propietario del club, pierde la confianza en el médico y comunicador mallorquín y decide dar un paso al frente, presentarse ante la sociedad mallorquina y la afición. Es el dueño y se debe saber, a partir de entonces, que todo el mundo tuviera claro que era el jefe y para bien o para mal, para los aciertos y para los errores, él era el responsable.

Tras iniciarse ese periodo de normalización de la figura del empresario como jefe del RCD Mallorca, vivió sus momentos de máxima ilusión por el fútbol. Quienes le conocieron le recuerdan como exigente, como todo buen empresario, pero también generoso y entregado a la misión de hacer más grande al club. El RCD Mallorca se había convertido en su hijo deportivo, un club que sentía como suyo, un deporte que hace que empresarios de éxito quieran vivir emociones, alegrías y tristezas. Era su gran obra.

El Mallorca, un club siempre pobre y en problemas, se había convertido en un club muy rentable. Traspasos millonarios, jugadores fichados a bajo coste que multiplicaban su precio. Traspasos espectaculares. Asensio había invertido mucho pero deseaba que el club fuera autosuficiente poco a poco.

En esas llegó la enfermedad y entonces la necesidad de la autofinanciación se hizo una obligación. Asensio nos iba a dejar un 20 de Abril del año 2001, con Luis Aragonés en el banquillo, con el Mallorca firmando una temporada espectacular que acabaría reptiendo el tercer puesto de Cúper, pero con un fútbol aún más espectacular, pero entonces Asensio ya no estaba. El club iba a iniciar una etapa más dura con la propiedad de su joven hijo, Asensio Mosbah, y la presidencia de Mateo Alemany.

Antonio Asensio hizo posible el gran cambio, sacó al Mallorca de la pobreza, dio un gran respaldo económico para que hubiera una gran gestión deportiva que propició los mejores años. Quiso que el club creciera, impulsó la construcción de la Ciudad Deportiva que lleva su nombre en Son Bibiloni. Es historia del RCD Mallorca.

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