Turiel: "Prevén una caída del 15% de diésel en Europa en abril y Biden alerta de escasez global de alimentos"

Según el científico, diversos estudios demuestran que se puede reducir el consumo de materiales y energía hasta 10 veces respecto al actual, sin disminuir el nivel de vida

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las petroleras habían multiplicado por tres su pues esfuerzo en upstream (buscar nuevos yacimientos y ponerlos en la explotación) y esto lo hicieron desde 1998 hasta 2014. Justo el período 2011 al 2014, el precio medio del barril estuvo muy alto, en el precio medio más alto de toda la historia contando la inflación. Hubo un pico de precios más alto en 2008, pero el precio medio es más alto es el que corresponde a ese periodo. Además, las compañías tuvieron cuidado de que el precio no pasase durante mucho tiempo de los 120 dólares el barril. Si se pasaba, enseguida lo bajaban, porque ya había diversos estudios que demostraban que 120 dólares el barril en aquella época era lo máximo que podía soportar la economía sin entrar en recesión. Y es que hay un precio máximo que se puede pagar por la energía. Porque, sino, su coste se empieza a transmitir por toda la cadena. Se hizo un esfuerzo muy grande en ese periodo, de 2011 al 2014, y vieron que perdían dinero, a pesar de todo. Hay un informe del Departamento de Energía de Estados Unidos de julio 2014 que muestra que perdían dinero a un ritmo de 110.000 millones de dólares al año. Era insostenible y renuncian, no merece la pena seguir invirtiendo en un negocio que no da más de sí y esto es debido a que los yacimientos de petróleo hace tiempo que están en retroceso. Recordemos que el petróleo crudo convencional, el de más calidad, tocó su máximo en el año 2005 y desde entonces está disminuyendo la cantidad que se produce. Por eso desde el año 2014 hasta ahora, el conjunto de las petroleras en todo el mundo han reducido su inversión en búsqueda y puesta en explotación de nuevos yacimientos en más de un 60%, cuando realmente había que hacer más esfuerzo para poder mantener la producción de petróleo alto. Esto la Agencia Internacional de la Nergía lo lleva avisando ya tiempo, intentando maquillarlo un poco en sus informes, donde ya se ven los desfases de por dónde tendría que ir la demanda y por dónde va a ir la oferta en función de cuánto se invierte o no se invierte, pues con unos desfases muy grandes. El desfase del año 2018 decían que podía llegar a ser del 34% en el año 2025. Pero es que en los últimos informes, daban desfases por encima del 40 y hasta el 50%. En la crisis del 2008 el consumo de petróleo cayó un 4%. Para encontrar caídas tan grandes como de las que estamos hablando, tenemos que retrotraernos a la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo una caída del consumo del 20%. Aquí estamos hablando de caídas que podrían llegar, en el peor escenario, hasta un 50%, pero es que en el mejor escenario posible, teniendo en cuenta que los precios están altos y que no están volviendo a invertir, sería del 20%, el equivalente a una Segunda Guerra Mundial y de aquí al 2025. No es extraño ver todas las dificultades en las que estamos inmersos últimamente, que simplemente están aflorando y si encima le pones una guerra en Ucrania... todo se va a hacer puñetas mucho más pronto.

Ya nos advierten de una escasez crónica del diésel...

Ha habido un foro organizado por Financial Times sobre materias primas en Lausana, en Suiza, y los CEO de tres grandes compañías que se dedican al comercio de materias primas, dijeron que el mundo se acerca a una escasez sistémica de diésel y que va a afectar especialmente a Europa. Anticipan, además, una caída muy importante, de alrededor del 15%, de la disponibilidad de diésel en Europa para abril. El problema de escasez de diesel, que ahora llegaría a Europa, es un problema que ya lo están sufriendo otros países desde hace bastante tiempo. Sri Lanka ha tenido que hacer una llamada de urgencia a la India para que la envie diésel, porque estaban secos, no tenían absolutamente nada de diésel y la India tenía que enviar un cargamento de urgencia. Australia se está planteando medidas de racionamiento, porque tiene inventarios en el mínimo. Sudáfrica ya está implementando medidas de racionamiento, porque tiene problemas de abastecimiento y otros países, como por ejemplo Pakistán, ya no encuentra quien le venda diesel. En Alemania el Gobierno ya ha dado instrucciones a las empresas para que hagan acopio ante posibles racionamientos de gas y de diésel. Hay una diferenciación importante que hacer en el caso de España, porque no tiene una vulnerabilidad tan grande a lo que es el petróleo que viene de Rusia y además, tiene refinerías en su propio territorio, con lo cual, en principio, España está mejor preparada, está más adaptada o tendrá menos problemas que los países de Centroeuropa, lo que pasa es que estamos en un mercado muy internacionalizado y al final nosotros también experimentaremos problemas de escasez. La situación se está poniendo peliaguda y estamos hablando ya de plazos muy breves.

Y tenemos al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtiendo de una escasez global de alimentos.

Es una noticia que no se ha tratado mucho en los medios españoles. Efectivamente, Joe Biden estuvo en la Cumbre de la OTAN el pasado jueves y allí dijo que el mundo iba a una escasez global de alimentos. Esto es un problema que ya hemos comentado también aquí, ya se veía venir, por el problema del encarecimiento general del transporte y del uso de maquinaria agrícola, pero también por la escasez de fertilizantes y su encarecimiento. Biden dijo explícitamente que Europa se iba a ver bastante afectada por esta escasez. De nuevo aquí es interesante ver que hay situación bastante diferente entre lo que es Europa y lo que es España. España es un país con un gran potencial agrícola, perfectamente capaz de alimentar a su población e incluso que le sobre. El problema principal que tiene ahora mismo España es que tiene un sector ganadero sobredimensionado, porque está muy orientado a la exportación y eso hace que con la producción ceralística nacional no llegue para cubrir las necesidades de la cabaña ganadera. España tomando algunas medidas drásticas podría sortear lo peor de esto, pero el norte de Europa, yo creo que van a tener unas dificultades muy importantes y es que además se está juntando otras cosas que van a complicar mucho los efectos, porque, por ejemplo, Argentina está también teniendo problemas para llegar al diésel y justo ahora están a punto de empezar las campañas de recogida de la soja y es un periodo de tiempo en el cual justamente la demanda nacional de diesel sube muchísimo. Si a ellos les empieza a faltar diesel o simplemente se encarece, encarece los alimentos y todo esto es una rueda que se retroalimenta. Pero el gran problema final acaba siendo la escasez de fertilizantes. De la crisis alimentaria, el problema principal que yo veo es que no llegue suficiente cereal a países del norte de África, que son muy dependientes de lo que viene de fuera y esto podría generar inestabilidad y revueltas, como ya pasó en el 2011 con la primavera del mundo árabe. Vamos a un escenario realmente muy parecido y muchos de estos países tienen poblaciones muy grandes y son muy fuertemente dependientes del cereal que viene del exterior. Es un aviso muy importante el que ha hecho el Presidente de Estados Unidos, que no debería de tomarse a la ligera, por la persona que es y por lo que está diciendo.

¿Tenemos opción de reducir de una forma bastante significativa a nuestro consumo energético sin perder calidad de vida?

Hay diversos estudios científicos que nos muestran que se puede reducir nuestro consumo de materiales y energía hasta 10 veces con respecto a la actual, o sea una décima parte respecto a la que consumimos en España hoy en día, sin que eso suponga la disminución del nivel de vida. Lo que pasa es que eso supone hacer cambios importantes en el estilo de vida en particular, que acabaran con la sociedad orientada al usar y tirar, al sobreconsumo. Técnicamente, es factible. El problema no es un problema técnico ni científico-tecnológico, es un problema fundamentalmente social.