Un padre recupera a su hija, secuestrada ocho años por su madre polaca
Olivia ya está en Pollença con su familia y su padre asegura que el recuentro ha sido mucho mejor de lo que podía imaginar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Punto y final al sufrimiento de Alberto Encinas y su familia. Olivia ya está en Pollença. Todo empezó la nochevieja de 2011, cuando Olivia debía volver de vacaciones con su madre y no lo hizo. En ese momento la hija de Alberto tenía tres años: fue secuestrada por su madre. Ahora, ocho años después, la alegría inunda de nuevo la casa de Alberto. Aunque prácticamente no saben nada del pasado de su hija. Tampoco preguntan. Respetan la adaptación de Olivia, aunque, por lo poco que les ha contado, saben que cambiaba mucho de casa y que no ha ido nunca al colegio. Alberto cuenta que el reencuentro fue muy emocionante. Cogieron un vuelo lo más pronto posible y, por primera vez, los trámites con las instituciones fueron muy sencillos, ya que asegura que previamente les han "mentido mucho".
Abrazos, más abrazos y lágrimas de emoción entre Alberto y su familia y los Guardias Civiles que se han implicado en este caso, es lo que hemos podido ver la mañana de este lunes, cuando Alberto decía que estará eternamente agradecido a estos agentes que, asegura, han tenido la misma esperanza que él en encontrar a Olivia.
Hace unos días, Olivia le pidió a su padre a ver si podía enviarle un mensaje a su madre, para contarle que estaba en Mallorca y que no se preocupara. Alberto busca ahora el número de contacto de la madre para que pueda recibir la grabación. "Mamá, estoy en Mallorca y estoy muy bien. Aquí hay muchos animales. Ahora mismo estoy en la playa, dicen que hay peces pero yo no veo ninguno", reproducía Alberto Encinas y su hermana con una sonrisa.
Por otra parte, Alberto lamenta la inactividad de otros cuerpos de seguridad españoles y de la fiscalía durante los últimos años, ya que asegura que, hasta que no intervino la Guardia Civil, este caso no se movió. Además, denuncia la inactividad de la policía polaca ya que, explica, a la niña le hicieron hasta un DNI en ese país sin detectar que estaba en cautiverio.