Beatriz González López-Valcárcel: ‘Salud y Sanidad: retos, prioridades y estrategias de cambio’

La intervención de la catedrática se enmarca en las actividades abiertas programadas dentro de la XXXIII Escuela de Salud Pública de Menorca

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El salón de plenos del Consell Insular de Menorca acogió anoche la conferencia ‘Salud y Sanidad: retos, prioridades y estrategias de cambio’, impartida por la catedrática de

La consellera de Benestar Social, Bàrbara Torrent; el sobrino de Ernest Lluch, Enric Lluch, e Ildefonso Hernández Aguado, miembro del Consejo Académico de la Escuela de Salud Pública, fueron los encargados de presentar a la ponente.

Según la catedrática, los grandes objetivos del Sistema Nacional de Salud son aportar valor, es decir, conseguir la mejor salud para la población con el mínimo coste posible; reducir las desigualdades sociales en salud y aumentar la equidad en la atención sanitaria; y, por último, que el SNS sea sostenible, en términos sociales y financieros. ‘¿Podemos mantener más de lo mismo en el futuro? No se trata de mantener indefinidamente un modelo, sino de cómo conseguimos los recursos necesarios para dar atención sanitaria a la población. La pregunta que nos debemos hacer es cómo hacer sostenible el Sistema Nacional de Salud’.

Uno de los problemas a la hora de afrontar la sostenibilidad de la sanidad pública es el hecho de que, según la ponente, es un debate ‘ideologizado’. ‘El SNS es el mayor logro de la democracia: atención sanitaria, con financiación pública, a cargo de los presupuestos generales del estado y con criterios de acceso basados en la necesidad y no en la renta. Esto es el genoma del SNS y aquí no interfiere si la prestación la hace un hospital público o privado’, señaló. ‘La falta de acceso a la red pública sanitaria es un propulsor del aseguramiento privado. Estamos en cifras récord de personas esperando una intervención quirúrgica: 706.000 personas. Siete de cada diez españoles están esperando una consulta médica en la red pública’. Según Beatriz González, una cosa es tener derecho a unas prestaciones y otra diferente es tener acceso a esos servicios. La catedrática considera que el genoma del Sistema Nacional de Salud, es decir, la equidad y la universalidad, se pone en riesgo si la clase media abandona la sanidad pública. Según datos aportados por la catedrática, en 2019, de cada 100 € que se gastaban en sanidad en España, el 70% era gasto público y el 30% privado. Desde que empezó la crisis de 2008 hasta 2019, el gasto sanitario público creció un 8% y el privado un 38%. ‘El sector de seguros privados de salud es el más activo del sector. En España, cada día se hacen 450.000 actos médicos dentro de los seguros de salud privados’. Este aumento paulatino de la sanidad privada es un problema de sostenibilidad social: ‘si las clases medias no usan la sanidad pública, ¿por qué van a pagar impuestos? Se deslegitima el Sistema Nacional de Salud’. Según la ponente, el gran reto del SNS es evitar esta desnaturalización a medio plazo. ‘Mantener el SNS como pilar esencial del estado de bienestar, que tanto defendió Ernest Lluch’.

Según el último informe de la OCDE, España gasta menos en sanidad que otros países del entorno europeo. ‘Lo importante no es cuánto se gasta, sino la salud que se consigue. España todavía tiene una esperanza de vida al nacer que está por encima del conjunto de la UE. Esa es la buena noticia. La mala es que la COVID hizo retroceder esa esperanza de vida mucho más en España que en el resto de Europa’. Nuestro país pasó de 84 a 82.4 años de esperanza de vida, un retroceso que nos sitúa en las cifras de hace una década. Sin embargo, en el conjunto de la UE, se pasó de 81.3 a 80.6 años, lo que supone un retroceso de solo 5 años.

Beatriz González explicó que el gasto sanitario público en España es procíclico, es decir, varía en función del ciclo económico. Desde 2003 hasta el 2009, la tasa de gasto sanitario era de 9.1 % al año. ‘Luego llegó la crisis y cayó tres puntos por año’, recordó. No fue hasta 2020, con la pandemia, que el gasto aumentó un 10,7% para hacer frente a los gastos derivados de la COVID. Sin embargo, este aumento del gasto no fue a parar a nuevos infraestructuras sanitarias o equipamientos médico: mientras que el gasto sanitario público total subió un 95%, el gasto de inversión se redujo un 14%.

Para la catedrática, las principales tensiones sobre el gasto sanitario y la sostenibilidad financiera del SNS son el envejecimiento de la población; la expansión de la cronicidad de enfermedades costosas que requieren tratamiento durante años; y el gasto en medicamentos. En este sentido, la ponente señaló que ‘en España, 57 personas gastan 16 millones de euros con tratamientos para determinadas enfermedades. En la farmacia hospitalaria, desde 2014 el gasto creció un 63%, mientras que las recetas de atención primaria lo hicieron solo un 22%’.

A pesar de que el sector sanitario es, tradicionalmente, un sector de gasto, tiene una función económica importante: genera empleo, I+D, y uno de los subproductos de la atención sanitara con mayor valor de mercado: los datos.

Como propuestas de cambio, Beatriz González López-Valcárcel fue clara: ‘deberíamos ser disruptivos, radicales. No vale más de lo mismo. Quizá haya que cambiar radicalmente el modelo de atención primaria’, dijo, uno de los más envejecidos y con mayor desafección de los profesionales. La falta de profesionales es también un problema: ‘el sistema compite por talento y por retener recursos humanos. Los gestores de la red pública están maniatados porque no tienen un marco jurídico que les permita gestionar RRHH’ y atraer profesionales’.

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