El alcalde brinda banderazos San Bernabé a los fallecidos por COVID, servicios públicos y jóvenes de Logroño
El alcalde de Logroño dedica sus banderazos a quienes murieron y perdieron a personas queridas durante la pandemia, a los servicios públicos y a los jóvenes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, ha dedicado este sábado sus primeros "banderazos" oficiales de la legislatura a todos los que perdieron a un ser querido en la pandemia, a los colectivos que lucharon contra la Covid-19 y a todos los jóvenes, que son "presente y futuro".
La procesión de las fiestas de San Bernabé, que conmemoran la victoria de los logroñeses contra el asedio de las tropas franceses en 1521, ha partido a mediodía de la concatedral de La Redonda, con una comitiva encabezada por el regidor enarbolando la bandera de la ciudad, arropado por el resto de la Corporación.
Escoltados por los 33 niños representantes de la ciudad, las imágenes de San Bernabé y de la virgen de la Esperanza, los dos patrones de Logroño, han recorrido las calles del Casco Antiguo, donde se han congregado cientos de ciudadanos a pesar del sofocante calor de mediodía. Hermoso de Mendoza tomó posesión después de la celebración de las fiestas de San Bernabé de 2019, y los dos años siguientes, las restricciones impuestas por la pandemia impidieron la celebración de este multitudinario acto, aunque el año pasado brindó un "banderazo" a la ciudad tras el acto de entrega de las insignias, por haber resistido a la pandemia.
El alcalde ha ofrecido sus tres primeros "banderazos" al principio, en medio y al final de la procesión, en la que también han participado las principales autoridades de la región, entre ellas, la presidenta del Ejecutivo riojano, Concha Andreu, la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán, y diputados regionales. Los "banderazos", un símbolo de dominio del alcalde al recuperar la ciudad tras el asedio francés, se desarrollan en los puntos en los que en 1521 había puertas en la muralla, pero en la actualidad solo se conserva el arco del Revellín.
El primero de los "banderazos" se ha desarrollado en la calle Portales bajo el arco de San Bernabé, enfrente del Palacio de los Chapiteles, antigua sede del Ayuntamiento de Logroño. En este punto, Hermoso de Mendoza ha dedicado su gesto "en recuerda y memoria de todos aquellos que ya no están" y para los que "la pandemia les arrebató a familiares y amigos de quienes no pudieron despedirse, ni hacer un duelo como se merecían y a los que siguen sufriendo".
Después, la comitiva se ha desplazado hacia la calle Rodríguez Paterna, en cuyo inicio la Escuela de Rondalla ha interpretado la jota de San Bernabé, y después han parado frente al Hospital de La Rioja, en cuyas puertas han colocado las imágenes de los dos patrones de la ciudad. La sombra de la alargada calle Marqués de San Nicolás ha dado un respiro a los asistentes, que han podido contemplar el recibimiento a la comitiva por los recreacionistas de la Guardia de Santiago, quienes han cruzado sus lanzas en señal de respeto a la Corporación.
En la confluencia de las calles Mayor y Mercaderes, en la esquina conocida como "Cuatro cantones", se ha producido el segundo de los "banderazos", que el alcalde ha dedicado a los colectivos que cuidaron y protegieron a la ciudadanía en la época más dura de la pandemia, y "saben conjugar la primera persona del plural: nosotros. Hermoso de Mendoza ha citado los profesionales de los cuerpos y fuerzas de seguridad, bomberos, policías locales, protección civil, médicos, enfermeras, personal sanitario y servicios sociales, "todos aquellos que hicieron de Logroño lo que es, una ciudad solidaria y hospitalaria cuando más se necesita".
La procesión, que se ha prolongado durante hora y media, ha continuado hasta la plaza del Parlamento, donde el Grupo de Danzas de Logroño ha interpretado dos bailes a los asistentes bajo un sol inclemente.
Después, bajo la imagen de San Bernabé, el obispo de la diócesis riojana, Santos Montoya, ha bendecido una ración de pan, pez y vino que han ofrecido tres miembros de la Cofradía del Pez para honrar al patrón.
Bajo el arco del Revellín, el alcalde ha brindado el tercer y último de los "banderazos" a los jóvenes, estudiantes o trabajadores, "aquí o fuera", porque "fueron solidarios durante la pandemia, con sus mascarillas, sus recreos limitados y sus clases con ventanas abiertas y anoraks puestos". A todos estos jóvenes les ha pedido que "hagan un Logroño siempre mejor, conserven las tradiciones y sepan de dónde venimos, porque son presente y futuro".
Después, toda la comitiva ha disfrutado del pan, el pez y el vino.
La Cofradía del Pez ha repartido este año unas 27.000 raciones para cumplir el voto de San Bernabé y en recuerdo de cómo se alimentaron los logroñeses durante el asedio de las tropas francesas.
Logroño ha cumplido así con la tradición en todo su esplendor. Un San Bernabé marcado por la emoción.
Logroño continúa cumpliendo con el Voto de San Bernabé.