Así ha quedado el arco riojano del puente Mantible, derrumbado

El puente Mantible llevaba años en peligro y finalmente uno de los dos arcos que quedaban en pie, el situado la parte riojana, ha cedido hasta derrumbarse

Así ha quedado el arco riojano del puente Mantible, derrumbado

Redacción COPE La Rioja

Logroño - Publicado el - Actualizado

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El arco riojano del puente Mantible se ha derrumbado. Este elemento singular del patrimonio histórico de Logroño llevaba años en peligro y finalmente uno de los dos arcos que quedaban en pie, el situado la parte riojana, ha cedido hasta derrumbarse.

Entre las causas podrían estar aumento del caudal del Ebro y las fuertes rachas de viento de este fin de semana.

El pasado día 7 de enero, ante la previsión de fuertes nevadas, el Ayuntamiento de Logroño ya alertaba de que el puente podría colapsar por el peso de la nieve.

El arco riojano del puente Mantible se derrumba

Ese mismo día, el Ayuntamiento de Logroño anunciaba que las obras para la recuperación del Puente Mantible en su parte correspondiente a Logroño iniciaban la fase de licitación, con un importe inicial de 703.460 euros.

La previsión del Ayuntamiento era que los trabajos se iniciaran a finales de mayo o principios de junio, y estar listos sobre finales de noviembre.

El puente romano de Mantible o de Assa está situado sobre el río Ebro entre la localidad riojana de El Cortijo del municipio de Logroño y la alavesa de Assa perteneciente al municipio de Lanciego.

Tiene una longitud de 164 metros, con una anchura de 5 y con una altura máxima de 30 metros. Estaba formado por seis arcos de medio punto (hasta un estudio realizado en 2018 por el arquitecto Manuel Fortea de la empresa Vault Zafra destinado a determinar su estado de conservación, se creía que había tenido siete) de los cuales solo quedaban dos en pie. En los arcos en pie se puede observar la excelente piedra de cantería que se empleó en su construcción.

Su construcción se remonta a la primera mitad del siglo II en plena época imperial romana y ha sido catalogado como tal, aunque en estudios recientes se sitúa el origen de su construcción en el siglo XI, catalogándolo como puente románico sobre la base de su gran similitud al puente navarro de Puente la Reina correspondiente también al siglo XI y ambos habrían sido construidos para unir las dos ciudades más importantes del reino de Pamplona, es decir, Nájera y Pamplona. Se desconoce la fecha en la que dejó de estar operativo. Está documentado que para mediados del siglo XVI ya no daba servicio.

Fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento nacional en 1983.