15 niños en La Rioja buscan una familia de acogida urgente

En La Rioja, 205 menores se encuentran bajo tutela de la comunidad autónoma, de los cuales 92 están en régimen de acogimiento familiar, 67 en familia extensa (acogidos por abuelos o tíos) y 25 en familias ajenas. Sin embargo, todavía hay 113 niños en régimen de acogimiento residencial en viviendas destinadas a su protección, y 15 de ellos necesitan urgentemente una familia de acogida.

El acogimiento familiar es la opción prioritaria para la administración, ya que permite a los menores desarrollarse en un entorno estable y afectivo. Desde el Gobierno de La Rioja, se anima a las familias a postularse como acogedoras, ya que esta es una experiencia enriquecedora tanto para los niños como para quienes los reciben.

EDADES Y TIPOS DE ACOGIMIENTO 

Los menores que requieren acogimiento tienen edades comprendidas entre los 0 y los 18 años. En el caso de los niños de 0 a 6 años que están en acogimiento residencial, se prioriza la acogida urgente, con una duración máxima de seis meses, mientras se define una medida de protección adecuada. Existen diferentes tipos de acogimiento: el urgente, el temporal (de hasta dos años, con posibilidad de reintegración familiar o paso a acogimiento permanente) y el permanente, cuando no es posible el retorno del menor a su familia biológica.

Cualquier familia, independientemente de su estructura (monoparental, biparental, con o sin hijos), puede ser acogedora, siempre que tenga capacidad de compromiso, empatía y generosidad. Para ello, deben pasar un proceso de formación y valoración por parte del Servicio de Protección de Menores. Durante todo el acogimiento, las familias cuentan con apoyo continuo de técnicos especializados y un programa de acompañamiento.

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acogimiento o adopción 

En algunos casos, el acogimiento puede derivar en adopción, si la familia acogedora así lo decide y se cumplen los requisitos legales. Sin embargo, el objetivo principal es brindar estabilidad al menor mientras se trabaja con su familia biológica para su posible reintegración.

El perfil de los padres biológicos varía, pero suelen ser personas en situaciones personales muy complicadas que les impiden atender adecuadamente a sus hijos. En estos casos, los servicios de protección buscan ofrecer apoyo y herramientas para que puedan recuperar su capacidad de crianza o, en su defecto, garantizar el bienestar del menor a través de otras alternativas familiares.