Abierto el plazo de matriculación en el CEPA San Francisco de Calahorra

En el día en el que ha arrancado, en La Rioja, el nuevo curso escolar, hemos hablado con el director del Centro de Educación de Personas Adultas “CEPA San Francisco” de Calahorra. Tienen abierto ahora el plazo de matrícula y, según nos contaba Miguel Marañón, afrontan el nuevo curso (como los más jóvenes) con ilusión, muchas ganas y también con prudencia por efecto de la pandemia del coronavirus.

El "CEPA San Francisco" se ubica en el casco histórico de la ciudad, ocupando el edificio del grupo Aurelio Prudencio. Se puso en funcionamiento en el año 1985 con una matrícula de 85 alumnos y una plantilla de 5 profesores. Hoy, con el transcurso de los años, el centro ha crecido en todos los aspectos hasta contar con una amplia oferta educativa, un total de 16 profesores y una matrícula que ronda los 600 alumnos.

En cuanto a la oferta educativa, destaca su amplitud de enseñanzas, entre las que se incluye la Educación Secundaria para Personas Adultas (ESPA), los variados cursos a través de enseñanza telemática del proyecto Mentor y múltiples enseñanzas para la actualización personal: informática, ofimática, inglés, ortografía. En cuanto a instalaciones y dotación, cuenta con Aula de Informática conectada a Internet, biblioteca con servicio de préstamo de libros y DVDs, aula de mecanografía, etc.

Matrícula abierta desde el 2 de septiembre

ANTIGUOS alumnos: matriculación telefónica en 941 13 27 74.

NUEVOS alumnos: matriculación presencial.

Horario de matriculación: De lunes a viernes, de 16:45 a 21:15.

Fechas: ESPA/ESPAD: del 2 de septiembre al 15 de octubre. El resto de los cursos: matrícula abierta todo el año.

Plan de Contingencia ante el COVID-19

El objetivo principal de este Plan de Contingencia es especificar una normativa que permita iniciar el curso académico 2020/2021 en el "CEPA San Francisco" de Calahorra en un entorno presencial y seguro. El cumplimiento de esta normativa por parte de todos los miembros de la comunidad educativa es fundamental para preservar la seguridad sanitaria en el Centro, y en este caso particular es especialmente importante en virtud de la heterogeneidad de las edades de su alumnado habitual (desde jóvenes con 18 años recién cumplidos hasta jubilados con diferentes patologías y pertenecientes a grupos de riesgo).