La Diócesis de La Rioja no tiene previsto de momento adoptar ninguna medida preventiva por el coronavirus
Ante la celebración de la Cuaresma y la Semana Santa, la Diócesis de La Rioja no contempla aplicar, por ahora, medidas preventivas por el coronavirus
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Diócesis de La Rioja no tiene previsto, de momento, adoptar ninguna medida preventiva por el coronavirus ante la celebración de la Cuaresma y la Semana Santa, según ha confirmado a COPE.es. En cualquier caso, estará muy pendiente de las recomendaciones que pueda realizar la Consejería de Salud. Cabe recordar, en este sentido, que ya hubo un precedente con la Gripe A.
Entonces, la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño atendió las recomendaciones de Salud, como quitar el agua bendita de las pilas, no administrar la comunión en la boca o eliminar el gesto de dar la paz. Santiago Ruiz, responsable de comunicación de la Diócesis, confirmaba a COPE Rioja que, ahora mismo, no hay previsto aplicar ninguna medida preventiva, ni suspender ningún acto.
Si, finalmente, la Consejería de Salud recomienda suprimir el besapiés del Cristo del Santo Sepulcro, en la Concatedral de La Redonda de Logroño, se mantendría, tanto la limpieza de la talla, como el el acto de veneración de la misma. Centenares de logroñeses cumplen cada Miércoles Santo con la tradición de la Limpieza y Veneración del Cristo del Santo Sepulcro en la Concatedral de Santa María de La Redonda. Siempre en la abarrotada Capilla de los Angeles, en medio de un silencio emocionado, se da la orden de extraer al Cristo de la urna donde se guarda durante todo el año, ya que nada más sale de ella para este acto tan arraigado en las costumbres de la Semana Santa de la capital riojana. Tras su extracción con todo cuidado, la talla del Cristo yacente es depositada en un pequeño altar sobre cojines negros bordados en dorado. Después de una breve reflexión por parte del obispo de la Diócesis, llega el momento del 'besapiés' de la talla con las puertas de la Capilla abiertas a los cientos de logroñeses que, desde mucho antes del comienzo del acto, y que aguardan su turno para pasar ante el Cristo, una talla donada en 1694 a la ciudad por el capitán Gabriel de Unsain, regidor perpetuo de Logroño, al entonces templo colegial de Santa María la Redonda.
Desde ese momento, según marca la tradición, comienzan a desfilar los ciudadanos quienes, además de besar o tocar la imagen, suelen pasar diversos objetos por el Cristo, como pañuelos, llaves y joyas, y acercan a bebés de corta edad.