Logroño

El protocolo de las cofradías de Semana Santa: "Decisión difícil pero necesaria"

Cuando la lluvia amenaza con estropear los pasos y el suelo mojado se convierte en un peligro para los cofrades, la opción de no salir se vuelve inevitable

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Suspender una procesión después de tantos meses de preparación y ensayos es un duro golpe

Logroño - Publicado el 26 mar 2024, 13:50 - Actualizado 01 abr 2024, 08:39

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El Lunes Santo, la expectación en Logroño se vio empañada por la lluvia persistente que obligó a la suspensión del Vía Crucis penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo.

Ante la desilusión de los fieles que se congregaban en el casco antiguo de la capital riojana, los responsables de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén tomaron esta difícil decisión, minutos antes de la prevista salida desde la concatedral de La Redonda.

La imagen del Cautivo se asomó tímidamente al pórtico de la Concatedral, mientras en la Capilla de los Ángeles previamente se realizaba una emotiva oración en recuerdo de los guardias civiles fallecidos en Barbate y en el accidente de Sevilla.

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Suspendido el vía crucis con la imagen de Jesús Cautivo por la lluvia. Este martes dos procesiones

La lluvia persistía, implacable, alrededor de las 20:00 horas, forzando a la cofradía a optar por mostrar la imagen desde la puerta principal de la concatedral, para consuelo de aquellos que aguardaban en la plaza del Mercado. A pesar del desencanto por la suspensión de una procesión tan esperada, cerca de 400 personas se congregaron en la plaza del mercado y sus alrededores, sosteniendo sus paraguas mientras resonaban las cornetas de la Cofradía, recibiendo aplausos de apoyo.

"Suspender una procesión después de tantos meses de preparación y ensayos es un duro golpe", admite en COPE Rioja, Juan José Marín, hermano mayor de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén de Logroño. Las cofradías, explica, aguardan hasta el último minuto antes de tomar una decisión, siguiendo un protocolo paso a paso. Pero cuando la lluvia amenaza con estropear los pasos y el suelo mojado se convierte en un peligro para los cofrades, la opción de no salir se vuelve inevitable.