¿Cómo puede afectar una pérdida auditiva al desarrollo lingüístico y vital de los niños?

Los expertos en audiología y logopedia aseguran que la relación entre una buena audición y la adquisición del lenguaje son fundamentales para el desarrollo vital de un niño.

El proceso de adquisición del lenguaje en los más pequeños se produce de forma natural. De esta forma, "resulta determinante disponer de una buena audición para poder escuchar los sonidos y que el cerebro del niño pueda transformarlos de forma adecuada en el desarrollo de su lenguaje”, asegura Aina Bastus, audioprotesista y logopeda de Audika. Por eso, la detección precoz es fundamental.

La pérdida de audición grave o severa en niños suele ser detectada con más facilidad debido a su evidencia ya que imposibilita su audición, pero para Rafael Sepúlveda, audioprotesista y logopeda de esta conocida firma de gran experiencia en audiología infantil, “los más preocupantes son los casos de pérdida auditiva moderada ya que no se aprecia a simple vista y se puede llegar a confundir con falta de atención", por tanto, se le suele restar importancia, con todas las implicaciones que esto conlleva para su desarrollo cognitivo y del lenguaje.

La pérdida auditiva en un niño le afecta a nivel global, no solo en su desarrollo vital, sino que puede desencadenar cierto retraso en áreas fundamentales como las relaciones familiares y sociales, así como su rendimiento escolar. Los expertos coinciden en la importancia de una buena colaboración y coordinación entre otorrino, logopeda y audioprotesista ya que la audición, el lenguaje y el aprendizaje infantil están íntimamente relacionados.

En Audika, sus profesionales están especializados en pruebas de detección. Un trabajo interdisciplinar donde el audioprotesista, logopeda y el otorrinolaringólogo evalúan cada caso de forma conjunta para ayudar a ese niño a mejorar su audición. La formación en audioprótesis y logopedia de algunos de sus profesionales es determinante en este sentido, ya que los logopedas conocen las frecuencias concretas o fonemas a los que saber poner énfasis o los que necesitan ser mejor escuchados. Por otro lado, su formación como audioprotesistas les permite aplicar estos conocimientos en el tratamiento de cada paciente.

Los expertos Rafael Sepúlveda y Aina Bastus coinciden en señalar que ante el diagnóstico de una pérdida auditiva infantil, la primera reacción de sus padres suele ser la negación con frases como “no puede ser que mi hijo no oiga”. Una vez superado el proceso de aceptación, se debe asesorar a los familiares para encontrar las mejores soluciones de audición para el niño. Por ello los especialistas insisten en la necesidad de una detección precoz para poder aportar un tratamiento antes de que suponga un perjuicio o retraso en el desarrollo infantil.