La profesión milenaria que buscan recuperar en La Rioja: "Vivir de ello"

La figura del campanero, desde los años 40 o 50, ha perdido protagonismo de forma generalizada en toda España. Su función era muy clara: Anunciaban fiesta, duelo, misa, tormenta, fuego... La Asociación de Campaneros de La Rioja cuenta actualmente con 8 integrantes y tratan de promover y promocionar la profesión que, en muchos pueblos, se ha convertido en una afición o en un acto voluntario por parte de los mismos ciudadanos de la localidad.

¿cómo pretenden recuperar la profesión?

José Mari García, presidente de la Asociación de Campaneros de La Rioja, explica que ya tienen pensado de cara al año que viene, en 2025, recorrer todos los campanarios riojanos para buscar gente, sobre todo jóvenes, que quieran recuperar esta tradición. José Mari asegura que la profesión de campanero, la función que tienen, es social. Es una persona que tiene que estar al tanto de todos los eventos que suceden en el municipio.

El hecho que más anuncian todos los años son las defunciones. Pero José Mari cree que es algo necesario para honrar a la persona que ha fallecido. Sin embargo, todo ha cambiado mucho por la incapacidad de vivir de ello. Antes era una profesión como otra cualquiera, pero ahora no es así. El campanero, incluso, podía vivir en la misma torre y podía subsistir, en algunos casos, de tocar las campanas.

la automatización ha matado al campanero

Por ejemplo, en Valgañón, en la iglesia de Nuestra Señora de Tres Fuentes, que es donde José Mari ejerce la profesión de campanero, existen archivos que aseguran, incluso, se ofrecía este puesto de trabajo a los más pobres a cambio de poder vivir en el propio templo.

Pero claro, ahora, esa función no es necesaria por la automatización del mismo proceso de tocar las campanas. Y es que, muchos de los campanarios cuentan con sistemas digitalizados que hace que en las fiestas del pueblo, o como contaba José Mari, las mismas defunciones, ese toque de campanas se programe y no haga falta que haya una persona.

el sonido de la unión

Eso lo que provoca es que se pierda la tradición de cada localidad, porque no en todos los pueblos era igual, sino que cada campanero tenía una forma de anunciar el evento particular. Y es que el sonido de cada campana, el tempo con el que se tocaban, definía entonces la identidad del municipio. Tan solo ese sonido, tan identificativo, generaba unión entre todos los habitantes.

Unión en fiestas, defunciones y todo tipo de eventos a partir de un sonido. Un sonido que ahora, Jose Mari, a través de la Asociación de Campaneros de La Rioja trata de recuperar. Y como hemos dicho, a partir de 2025 pondrá en marcha una iniciativa en la que recorrerá todos los campanarios buscando gente, personas jóvenes que quieran ser lo que en su día era una profesión de la que se podía vivir.