Contrata a una mujer en su joyería de Logroño y, meses después, descubre lo que hacía tras los expositores
La mujer trabajó en el negocio durante varios meses, pero lo que hizo durante este periodo afecta todavía, a día de hoy, al propietario
Sorpresa en una joyería de Logroño
Logroño - Publicado el
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Agentes de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja han detenido a una empleada de una joyería, acusada del robo de 114 joyas del establecimiento en el que trabajaba. El valor de las piezas sustraídas asciende a más de 45.000 euros.
La investigación se inició después de que el propietario de una joyería, denunciara a finales del mes de septiembre la desaparición de numerosas piezas de joyería, las cuales había echado en falta, tras un inventario realizado entre el periodo de tiempo comprendido entre los meses de julio a mediados de septiembre.
MODUS OPERANDI
Los agentes del de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), encargados de la investigación, tras establecer diferentes líneas y tras realizar las primeras pesquisas comprobaron que la autora no era otra que una antigua empleada que había trabajado allí y que había abandonado su puesto de trabajo cuando comenzó la investigación.
en los puntos ciegos de las cámaras de seguridad
La empleada conociendo los puntos muertos de las cámaras de seguridad del establecimiento, aprovechaba los mismos para llevar durante el periodo de tiempo comprendido entre los meses de julio y septiembre la sustracción de las piezas de joyería.
Detenida por sustraer joyas en el establecimiento en el que trabajaba
114 piezas de joyería
Entre las 114 piezas de joyería, se encuentran anillos, gargantillas, relojes, cadenas, sortijas, pulseras, todas ellas con gran valor económico.
Por este motivo, los agentes procedieron a detener a la antigua empleada, una mujer de 40 años de edad, de nacionalidad colombiana, con domicilio en Logroño y a la que no le constan antecedentes policiales previos.
las joyerías, en el punto de mira de los ladrones
Las joyerías son establecimientos que suelen guardar en su interior objetos de gran valor, oro, plata, joyas… Y, por lo tanto, son objetivos codiciados y preferentes por los enemigos de lo ajeno.
Pero el hurto no solo implica la pérdida de productos o dinero, sino que muchas veces provoca daños físicos que obligan al cierre del negocio durante unos días, con mayor repercusión en los pequeños comercios y autónomos.
En muchos casos, el vandalismo o el intento de robo, incluso si finalmente los ladrones no se llevan nada, daña el negocio. Ponerse en contacto con las compañías de seguros y lidiar con el papeleo entorpece el negocio, lo que se suma al daño que sufren las empresas frente a estos delitos.
Además, genera entre sus propietarios una gran sensación de inseguridad constante.