MEDIOAMBIENTE

Las abejas, papel vital en la supervivencia de los ecosistemas

Julen Rekondo, premio nacional de Medioambiente, habla sobre las abejas

Fermín Astráin

Publicado el - Actualizado

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En Cope Navarra, en la sección de medioambiente, Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente, habla sobre las abejas. El pasado 20 de mayo se celebró el Día Mundial de las Abejas, instituido en 2017 por la Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) porque estos insectos desempeñan un “papel vital en la supervivencia de los ecosistemas y el incremento de la biodiversidad, por lo que es necesario “promover acciones que protejan a los polinizadores y sus hábitats”. Esta entidad asegura que el 75% de los cultivos de alimentos depende de la polinización de insectos como las abejas, unas cifras que se elevan hasta el 90% en el caso de las plantas silvestres con flores. Por ello, su papel es “fundamental” para la producción de muchos alimentos y, en general, para todo el sector agroalimentario.

En los últimos tiempos, el papel indispensable en el cuidado de la biodiversidad que desempeñan los apicultores se ha visto empañado por la situación crítica que viven: incremento de precios, feroz competencia con el mercado de terceros países y la terrible sequía que estamos sufriendo, que reduce a mínimos el alimento natural disponible para las abejas. Además, la salud de las colmenas se ha visto amenazada con más virulencia en los últimos años por la varroa, un ácaro que afecta a estos insectos y que el propio Ministerio de Agricultura señala en un informe como uno de los factores de riesgo para la mortalidad, y de la avispa asiática.

“Estas diminutas criaturas desempeñan un papel vital en la supervivencia de nuestros ecosistemas, asegurando con su meticuloso trabajo la reproducción de muchas plantas, apoyando la regeneración de los bosques y mejorando la cantidad y calidad de la producción agrícola”, explica la agencia de Naciones Unidas. Por ello es necesario “promover acciones que protejan a los polinizadores y sus hábitats”.

En Navarra, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación existen en torno a 17.000 colmenas. Los productores de miel extraen de ellas unas 180 toneladas cada año.

Una pregunta hecha una vez a un apicultor fue respondida de la siguiente forma: ¿El mejor amigo del ser humano? La abeja. Su miel ha alimentado al ser humano desde la prehistoria, su cera sirve para crear velas y el propóleo que recoge de las plantas se usa en productos farmacéuticos. ¿Más?

El uso de abejas en la polinización de cultivos es práctica común en árboles frutales (almendros, cerezos, melocotoneros, perales, manzanos, etc.), algunas oleaginosas como la colza y el girasol, leguminosas forrajeras como la alfalfa y el trébol, la zanahoria, cebolla, pepino, melones, y en otros cultivos como el algodón, el pacharán, etcétera. Dentro de la polinización realizada por insectos, debemos destacar a la abeja melífera como el principal vector de los granos de polen que van a permitir la fecundación de las flores. Se estima que un 80% de la polinización por insectos es realizada por la abeja, quedando el resto a cargo de otros insectos como las mariposas, moscas, escarabajos, etcétera.

Podemos decir que la distribución de los asentamientos es uniforme, existiendo colmenares por toda la geografía navarra, aunque el menor censo corresponde a la Ribera, probablemente por la sequedad del clima, con unos veranos muy rigurosos y secos que hacen que la campaña apícola sea muy corta. En la zona norte abundan los asentamientos de pequeño tamaño, debido a la orografía montañosa del terreno que imposibilita la existencia de un número grande de colmenas, tanto por la escasez de terreno llano, como por la ausencia de grandes floraciones

para aprovechamiento apícola. Las explotaciones de mayor tamaño se ubican en la zona media de la comunidad foral.

Entre los factores que amenazan a los polinizadores están: La pérdida y deterioro de hábitats; las prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos (menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos) y el uso de plaguicidas; parásitos y enfermedades; el cambio climático; los incendios forestales…..

Pro también las abejas pueden producir algunos problemas en los seres humanos. Y es lo que ha pasado en nuestra casa con dos enjambres de abejas, bastantes grandes, que es lo cuento en la entrevista de hoy.