MEDIOAMBIENTE
Reducir envases y convertirlos en más sostenibles
Julen Rekondo, experto medioambiental, indica que es urgente reducir los envases y hacerlos más sostenibles
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El exceso de envasado sale caro: para el productor, para el consumidor y sobre todo para el planeta. Por eso la máxima a aplicar por la industria debería ser que el mejor envase es el que no se genera, el que dejamos de poner en manos del consumidor para traspasarle a él la pelota de su gestión.
Hasta hace poco el mejor producto era el bueno, bonito y barato. Sin embargo, cada vez somos más los que pedimos que, ante todo, sea ecológico. Por eso también
l ecodiseño para reducir la carga de envasado de sus productos. El aumento de las ventas de productos a granel indica claramente que el consumidor quiere evitar antes que reciclar los envases
El ecodiseño o diseño ecológico es un método de la cadena de producción consistente en desarrollar y fabricar productos desde el respeto al medio ambiente en todo momento. De lo que se trata ahora es de prevenir y reducir la contaminación ligada a un producto a lo largo de todo su ciclo de vida: desde que se piensa y se diseña hasta que se produce, se comercializa, se usa y se convierte en residuo.
Aplicado a la cadena de envasado, el ecodiseño es una de las estrategias más eficaces para avanzar hacia una producción más responsable y sostenible, ya que permite cerrar el círculo del uso de materiales y deja de externalizar el coste medioambiental de la fabricación de envases, envoltorios y embalajes. Algo que, por otra parte, responde a la más pura lógica de mercado: ¿por qué ir a buscar las materias primas a la naturaleza, dónde son cada vez más escasas y costosas, cuando las tenemos en la mano, al final de la vida útil del producto?
Por eso, el ecodiseño es uno de los mejores ejemplos de la transición de la economía lineal del usar y tirar a la economía circular, donde el residuo se convierte en recurso y vuelve a entrar en la cadena de valor.
Se trata de cerrar el círculo de la vida de los productos para que, como en la naturaleza, los residuos dejen de ser basura. De que las empresas que están colocando envases en el mercado contribuyan a avanzar hacia un sistema mucho más eficiente y ecológico de fabricar productos, demostrando así su responsabilidad con el cuidado del medio ambiente y la lucha contra la crisis climática
Menos envases y más ecológicos, más
reciclables y menos complejos. La simplicidad debe imponerse al estilismo, o mejor dicho, lo simple debe ser la moda al hablar de envases para avanzar hacia un nuevo modelo de comercialización de productos que, aunque será del todo común en las generaciones futuras, debemos acometer de inmediato para no traspasarles a ellas la sobrecarga ecológica del actual sistema.
a Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) ha aprobado las enmiendas al reglamento de envases y residuos de envases que sustituirá a la actual Directiva, en vigor desde 1994. La nueva normativa se encuentra en la fase final de su tramitación, regulará qué tipo de envases se podrán comercializar a partir de ahora en el mercado de la UE, así como las medidas de gestión y prevención de sus residuos que deberán habilitarse. Tras su aprobación, prevista para la segunda sesión de noviembre de la Eurocámara, todos los envases comercializados en la UE deberán cumplir con los requisitos marcados respecto a su fabricación, composición y carácter reutilizable o recuperable. Con esta nueva propuesta, la UE pretende garantiza
que "todos los envases que circulen en el mercado de la UE sean reutilizables o reciclables de una forma económicamente viable de aquí a 2030".
Asimismo, el nuevo reglamento establece una escala de objetivos para la reducción de los residuos de envases según deberán disminuir en un 10% para 2030, para seguir avanzando hasta alcanzar el 15% menos en 2035 y el 20% en 2040. El nuevo texto legal también fija las proporciones de plástico reciclado que deberán contener los diferentes tipos de envases en función de su uso. Con su entrada en vigor, las bolsas de plástico muy ligeras (de menos de 15 micras), como las que suelen estar a disposición de los clientes en la sección de frutas y verduras de los supermercados, quedarán prohibidas, a menos que su uso se pueda justificar por razones sanitarias o contribuya a promover la venta de alimentos a granel: una tendencia de consumo que favorece de manera directa la reducción de envases.
Los miembros de la ENVI reclaman que la ley establezca de manera clara los requisitos que deberán cumplir los envases reutilizables para que sean considerados como tales, fijando por ejemplo el mínimo de veces que se puedan rellenar sin perder su correcta funcionalidad y cumpliendo con las garantías sanitarias. Otro de los principales propósitos de la nueva legislación es restringir el uso de los compuestos químicos persistentes en los polímeros plásticos destinados a la fabricación de envases de alimentos, como los compuestos polifluorados y perfluorados (PFAS) y el peligroso bisfenol A (BPA).
Este tipo de sustancias se utilizan de manera común en la fabricación de envases de alimentos resistentes a la grasa, como las cajas de las pizzas o las bolsas de palomitas para microondas, en el sellado y recubrimiento de las latas o en la fabricación de botellas, tarros, garrafas y bandejas de policarbonato, y tienen efectos nocivos tanto para nuestra salud como la del medio ambiente. Los eurodiputados que integran la ENVI también instan a la Comisión Europea a establecer los criterios de sostenibilidad que deben regular y promover el uso de los bioplásticos o plásticos de origen biológico compostables en la fabricación de envases, fijando objetivos concretos a alcanzar a partir de 2025.
ras la aprobación de las enmiendas, y antes de que la propuesta de ley llegue al Parlamento Europeo, las asociaciones de la cadena agroalimentaria y la hostelería han mostrado su preocupación por el 'cambio radical' que, en su opinión, supondrá la aplicación del reglamento en la gestión de los residuos de envases. Un cambio que, a su juicio, no va a suponer “la opción más beneficiosa tanto desde el punto de vista medioambiental, como social, técnico y económico”.