Este es el motivo por el que la evolución del deporte no se entiende sin la ciencia y la investigación: "Que lo entiendas"

El físico Joaquín Sevilla, explica en COPE, hay multitud de ciencias que se pueden vincular a cada disciplina deportiva para mejorar o entenderla mejor

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

Entender el deporte actual o la actividad física en el año que estamos sin la ciencia y la investigación es imposible. El físico y profesor de la Universidad Pública de Navarra, Joaquín Sevilla, explica en COPE, hay multitud de ciencias que se pueden vincular a cada disciplina deportiva para mejorar o entenderla mejor.

La ciencia nos ayuda a mejorar, a aprender y a entender mejor el deporte. Muchos de los gestos son innatos o se hacen de manera automática, pero siempre hay una explicación científica que nos puede ayudar a mejorar o entender. "No hace falta ese conocimiento irracional, pero te puede un extra, que lo disfrutes, que mejores o que lo entiendas".

Sevilla explica que, por ejemplo, "en el salto de altura, el centro de gravedad sigue el tiro parabólico y no puedes hacer nada para cambiarlo una vez que has batido. Al girar los brazos o piernas cambias unas partes respecto a otras, pero el ombligo, no cambia. El centro de gravedad tiene que seguir siendo lo mismo".

La ciencia ha revolucionado el mundo del deporte en las últimas décadas, transformando la forma en que los atletas entrenan, compiten y se recuperan. Desde la biomecánica hasta la nutrición, pasando por la psicología deportiva y la fisiología del ejercicio, la aplicación de principios científicos ha llevado el rendimiento humano a niveles sin precedentes. Esta fusión entre ciencia y deporte no solo ha mejorado los récords y las marcas, sino que también ha contribuido significativamente a la salud y longevidad de los deportistas.

En el ámbito del rendimiento deportivo, la ciencia ha permitido un entendimiento profundo de cómo funciona el cuerpo humano bajo estrés físico. Los investigadores han desarrollado métodos de entrenamiento basados en evidencia que optimizan la fuerza, la resistencia y la velocidad. Por ejemplo, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) se ha popularizado gracias a estudios que demuestran su eficacia para mejorar la capacidad cardiovascular en menos tiempo que los métodos tradicionales.

La biomecánica, una rama de la ciencia que estudia el movimiento del cuerpo, ha sido fundamental para mejorar la técnica en diversos deportes. Mediante el análisis de movimiento en 3D y sensores de alta precisión, los científicos pueden descomponer cada gesto deportivo para identificar ineficiencias y proponer correcciones. Esto no solo mejora el rendimiento, sino que también ayuda a prevenir lesiones causadas por movimientos repetitivos o técnicas incorrectas.

      
             
      

La nutrición deportiva es otro campo donde la ciencia ha tenido un impacto transformador. Los avances en la comprensión de cómo diferentes nutrientes afectan el rendimiento han llevado al desarrollo de planes de alimentación personalizados y suplementos específicos para cada disciplina. La periodización nutricional, que adapta la ingesta de macronutrientes según las fases de entrenamiento y competición, es un ejemplo de cómo la ciencia está optimizando la alimentación de los atletas.

En cuanto a la prevención de lesiones, la ciencia ha proporcionado herramientas invaluables. Los estudios sobre fatiga muscular, recuperación y sobrecarga han permitido diseñar programas de entrenamiento que minimizan el riesgo de lesiones por uso excesivo. Además, las técnicas de imagen avanzadas, como la resonancia magnética funcional, permiten detectar problemas potenciales antes de que se conviertan en lesiones graves.

La psicología deportiva, respaldada por investigaciones científicas, ha ganado un lugar prominente en la preparación de los atletas. Técnicas de visualización, manejo del estrés y establecimiento de metas, todas basadas en estudios rigurosos, ayudan a los deportistas a alcanzar su máximo potencial mental. La ciencia ha demostrado que el rendimiento óptimo requiere tanto de preparación física como mental.

      
             
      

Los avances en la tecnología wearable han revolucionado la forma en que se monitorea el rendimiento y la salud de los atletas. Dispositivos que miden la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno, e incluso la composición corporal en tiempo real, proporcionan datos valiosos que permiten ajustar el entrenamiento y la recuperación de manera precisa y personalizada.

La genética y la epigenética están abriendo nuevas fronteras en el deporte. Los científicos están comenzando a entender cómo ciertos genes influyen en la capacidad atlética y cómo el entorno puede modificar la expresión de estos genes. Aunque controversial, este conocimiento podría llevar a entrenamientos y estrategias nutricionales aún más personalizados en el futuro.

En el campo de la recuperación, la ciencia ha introducido métodos innovadores como la crioterapia, la terapia de oxígeno hiperbárico y la estimulación eléctrica neuromuscular. Estos tratamientos, respaldados por estudios clínicos, ayudan a los atletas a recuperarse más rápidamente de lesiones y del desgaste del entrenamiento intenso, permitiéndoles mantener un alto nivel de rendimiento durante más tiempo.

      

Por último, la ciencia del deporte está contribuyendo a hacer que la actividad física sea más accesible y beneficiosa para la población general. Los conocimientos adquiridos en el deporte de élite se están aplicando para desarrollar programas de ejercicio más efectivos para la salud pública, ayudando a combatir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de millones de personas.