La curiosa historia del nombre de la Villavesa y cómo fueron sus inicios en Pamplona

Juan Echenique explica en COPE Navarra la historia y las curiosidades de la Villavesa. Una extraña denominación que tienen los autobuses urbanos en Pamplona para la gente de fuera de Navarra.

Hasta la llegada de los autobuses (en 1899, los tres primeros, con una multitud esperando su llegada en el portal de San Nicolás), se viajaba en carretas tiradas por mulas o en coches arrastrados por caballos. Así que la llegada del autobús (25 kms./h) supone un avance en comodidad y rapidez.

En 1984 se crea el Bonobús, que permitía a los viajeros hacer diez viajes por un precio mucho más económico.

La Villavesa S.A. nace en 1927, con sede social en Villava -de ahí su nombre- y fue una iniciativa de tres promotores navarros: Melchor Gascue, Eusebio Úriz y Nazario Unanua.

Pamplona había tirado sus murallas siete años antes, acababa de estrenar plaza de toros, el campo de San Juan y el Coliseo Olimpia. Ese año llegó el teléfono y seis después lo haría la radio. Solo unos cientos de coches circulaban por la calle.

La Villavesa se convierte de inmediato en la competencia del tren El Irati, que venía circulando desde 1911 y que trasladaba a los viajeros desde Pamplona hasta Sangüesa, pero hacía las veces de tranvía hasta pueblos de la comarca como Villava, Burlada o Huarte.

El primer autobús de la Villavesa fue comprado en 1928 -matrícula NA-1400-; el segundo, en 1930; los tres siguientes, en 1932; y el sexto y séptimo, en 1934.

Nazario Unanua, uno de los promotores, era el representante para Navarra de la marca francesa Unic. Así que seis de esos primeros autobuses eran Unic y el séptimo, marca Reo, más moderno, se utilizaba para los viajes largos.

Aquellos primeros autobuses eran unos vehículos muy rudimentarios, montados sobre chasis de camioneta, se accionaban girando una manivela, tenían una potencia de entre 12 y 17 caballos y llevaban publicidad de comercios locales, como Casa Unzu, Calzados Errea o Almacenes Azcárate.

Año después, en 1953, La Villavesa consigue la adjudicación del servicio de transporte urbano a través de su empresa filial Autobuses Pamplona. ¿A dónde trasladaban a los viajeros? A la estación de ferrocarril -San Jorge-, Villava, Capuchinos -Rochapea-, al manicomio -Chantrea-, a Echavacoiz y a Cizur Mayor. También se ofrecía la posibilidad de alquilar villavesas para ir de excursión.

En 1969, dieciséis años después, Autobuses Pamplona se declaró en quiebra. Los trabajadores crearon una cooperativa -COTUP, Cooperativa de Transporte Urbano de Pamplona- y se hicieron cargo de la empresa.

Así que la COTUP se encargaba del transporte urbano, bajo la supervisión del Ayuntamiento de Pamplona, y La Montañesa se ocupaba del transporte interurbano a la Comarca y además tenía otras líneas de transporte.

Desde 1965 hasta 1982 las nueve líneas existentes iniciaban y terminaban su recorrido en la plaza del Vínculo. La decisión de modificar las rutas, que pasaron de ser radiales a convertirse en circulares, coincidió con la puesta en marcha de los primeros carril-bus en Pamplona. El tráfico crecía por la popularización del coche y los autobuses necesitaban desplazarse más rápido. Primeros semáforos: 1956.

En 1984 se crea el Bonobús, que permitía a los viajeros hacer diez viajes por un precio mucho más económico.

A finales del siglo XX La Montañesa absorbe a la Cotup y gana el concurso del transporte público, que gestionará desde 2002 hasta 2009, cuando es absorbida por el grupo público Veolia.

Desde entonces, las villavesas son gestionadas por el grupo catalán Transports Ciutat Comtal (TCC), la misma compañía que gestiona el autobús urbano y el metro de Barcelona.

Aquellas rudimentarias villavesas que se pusieron en marcha en 1928 muy poco tienen que ver con las de hoy en día, eléctricas, silenciosas, con aire acondicionado, rampas para minusválidos y que incluso nos muestran en las paradas cuánto tiempo falta para que lleguen.

También se ha ampliado el número de líneas (38, de los que 25 son diurnas, 10 nocturnas y 3 especiales -Osasuna, San Fermín y Navarra Arena), los kilómetros que recorren (531), los municipios a los que llegan (16) y el número de paradas (547).

Pero lo que no ha cambiado es que seguimos llamándolas igual, la Villavesa, vayamos a donde vayamos.

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