Flamenco on Fire: Fuera de lo común, como siempre, extraordinario.

Éste año ha sido una edición especial. Conmemoraba el treinta aniversario de la muerte de Agustín Castellón Campos, Sabicas: uno de nuestros músicos más importantes e internacionales.

La primera actuación tuvo lugar el día 26 en el Teatro Gaztambide de Tudela. Con el cartel de entradas agotadas Miguel Poveda arrancó el Festival, que continuó en Pamplona del 27 al 30.

Las entradas para ver a los artistas en el balcón del Ayuntamiento y en Civivox se agotaron cada día. Lo mismo ocurrió en la Plazuela San José con Kiki Morente, María Vizarraga y Antonio Santiago "Ñoño", y con Carmen La Talegona.

Se ve gente de todas las edades, porque los más pequeños también disfrutan de éste evento.

Éste año de la mano de Francisco José Suárez (El Torombo) que desarrolló un taller pedagógico orientado a que pasasen un buen rato. Gracias a ello pudieron conocer más de cerca el flamenco mediante juegos de palabras, refranes y actividades. El taller lo impartió en el Palacio de Ezpeleta, también, con entradas agotadas.

Sabicas se rodeaba de gente joven, quería aprender de ellos también, y de eso también se han ocupado los organizadores del festival cada año. En ésta edición estaban en cartel María Peláe, Kiki Morente, La Budú, con su Budulería; y el Moskito en Baluarte acompañando al piano y al equipo de Chano Domínguez.

El día 28 Farruquito presentó “Íntimo“ su último espectáculo. Junto con su equipo y con la colaboración de Remedios Amaya cerraron el segundo día de festival entre aplausos.

La mañana del día 29 fue un éxito con Pepe Habichuela y Kiki Morente en el balcón del Ayuntamiento. A estos le siguieron Jesús Carbonel, María Vizarraga y Ñoño en la Plazuela San José

La noche empezaba en el Teatro Gayarre con el espectáculo Veinte Veinte. Javier Colina, brillante contrabajo y pamplonés internacional; Josemi Carmona, de impecable trayectoria; Antonio Serrano, capaz de sacar una sonrisa al público uniendo armónica con teclado; y Borja Barrueta, gran profesional bilbaíno que acompañó al trío con su batería. Éste cuarteto deleitó a un público que se fue satisfecho, después de haber disfrutado con su talento y su ingenio. La noche se cerró en el Auditorio Baluarte con Pitingo. Su estilo diferente alegró al público y lo hizo moverse en sus butacas.

El último día comenzó con Víctor Monge: Serranito, que contó con la colaboración de Javier Conde acompañándole a la guitarra. En La Plazuela, Jolís Muñoz y Jesús del Rosario hicieron apreciar su talento a los espectadores. El primero con su voz, el segundo con una guitarra que dejó al público sorprendido porque conseguía sacar el sonido de tres en una. Para terminar, el mismo lugar se llenó de aplausos con Carmen la Talegona, y su espectáculo Talegoneando.

La noche del día 30 ponía fín al festival, con las actuaciones en Baluarte y la Ciudadela.

Chano Dominguez, gaditano internacional experto en fusionar Blues, Jazz y, por supuesto, flamenco, interpretó, junto a la Orquesta Sinfónica de Navarra, de Cai a Nueva Orleans.

Lo único que se puede añadir para referirnos a ésta fusión de evidente embergadura creativa, es que cada pieza contó con una obación sincera y dejó al público encantado.

Por si fuera poco, el pianista dedicó la última parte del concierto a seguir tocando acompañado de su cuarteto: Michael Olivera -batería-, Pablo Martín Caminero -contrabajo-, José Córdoba ''Moskitoš -al cajón- y Blas Córdoba. La voz de éste último fue un flamenco puro que envolvió y acompañó en las dos partes del concierto.

La Budú, Romero Martín y Los Chichos, clausuraron en la Ciudadela un festival variado, con talento y sorpresas para un público que esperaba, con muchas ganas, celebrar de manera responsable éste verano.

Imprescindibles

En estos días no podía faltar una pieza indispensable del festival: Pepe Habichuela, compañero de Sabicas.

Él forma parte de la historia del flamenco, sigue tocando con un estilo brillante y claro. No sólo llama la atención que haya mantenido su pasión y su talento durante toda la vida. Hay que mencionar su elegancia y su humildad. El mismo que agota el aforo y deja al público entusiasmado, acude a ver siempre el resto de actuaciones los siguientes días. Mira y escucha con atención, y de manera discreta, tanto él como su mujer están presentes a lo largo de todo el festival. Paciente y mostrando respeto por los demás artistas, y siempre agradecido a aquellos que van a escuchar su música y la de sus compañeros.

Un equipo preparado, disponible y atento

La séptima edición venía con unos condicionantes que antes no habíamos vivido. Parecía que todo se quedaba en la estacada, que solo se contemplaban problemas. En ocasiones como ésta se necesitaba un equipo concentrado en las soluciones, en la responsabilidad y en la organización.

Nuestro agradecimiento a los artistas, y también a todos los que han estado involucrados en sacar adelante éste proyecto. Organización, voluntarios y entidades. Por su gestión y organización. La cantidad de medidas de seguridad que proporcionan, frente a la incertidumbre de la mayoría de las actividades de nuestro día a día a las que estamos “expuestos” es más que destacable.

Los equipos que no vemos, que también forman parte -fundamental- del festival y los que lo cierran, cuando todos nos hemos ido. Éste es un festival que atrae a un público heterogéneo, que aporta arte nuevo y a la vez clásico cada año, que favorece a hoteles, bares y restaurantes, comercios, transporte.

Os esperamos el año que viene. La cultura, además de necesaria, es segura.

Ana Caramés Dornaleteche.