La carrera espacial, desde 1957 hasta Musk y Bezos

El periodista de Diario de Navarra Javier Iborra hace un breve repaso de la carrera espacial y sus logros

Fermín Astráin

Pamplona - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La carrera espacial, iniciada en 1957, marcó una competencia tecnológica y geopolítica entre las dos superpotencias de la Guerra Fría: Estados Unidos y la Unión Soviética. Este desafío comenzó con el lanzamiento del Sputnik 1 por la URSS el 4 de octubre de 1957, el primer satélite artificial en órbita, que sorprendió al mundo y desató una ola de inversión en ciencia y tecnología espacial. “Siempre ha habido negocio en el espacio, desde que en el año 1957 la Unión Soviética sorprendiera al mundo con el lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial que entraba en órbita terrestre”.

Poco después, en 1961, los soviéticos lograron otro hito con el vuelo de Yuri Gagarin, el primer ser humano en viajar al espacio, consolidando su liderazgo inicial. “Fue mucho más importante que un propio logro tecnológico, fue un golpe propagandístico para la época, en la plena Guerra Fría”. La batalla propagandística sigue siendo el principal objetivo de estas misiones, indica el propio Iborra. Estos logros impulsaron a Estados Unidos a intensificar sus esfuerzos, creando la NASA y priorizando programas como Mercury, Gemini y Apolo, con la promesa del presidente John F. Kennedy de llevar un hombre a la Luna antes del final de la década.

La culminación de esta competencia llegó el 20 de julio de 1969, cuando la misión Apolo 11 de Estados Unidos aterrizó en la Luna, marcando un triunfo histórico para la NASA y reafirmando el liderazgo tecnológico estadounidense. Aunque la rivalidad definió la primera etapa de la carrera espacial, también sentó las bases para la cooperación internacional en las décadas siguientes, como la creación de la Estación Espacial Internacional. La carrera espacial no solo impulsó avances tecnológicos sin precedentes, sino que también inspiró a generaciones enteras, demostrando el potencial humano para superar límites y explorar lo desconocido.

“En 1969, se lanza la misión Apolo 11, pues el famosísimo Neil Armstrong y Buzz Aldrin, que caminaron sobre la luna, mientras Michael Collins permanecía en órbita. Aquellas palabras del pequeño paso para el hombre, el gran salto para la humanidad”.

La nueva carrera espacial, liderada por empresarios como Jeff Bezos y Elon Musk, ha transformado el panorama de la exploración espacial al introducir el concepto de vuelos espaciales comerciales. Jeff Bezos, fundador de Amazon, creó Blue Origin en 2000 con el objetivo de hacer el espacio accesible para todos y establecer una presencia humana sostenible más allá de la Tierra. Su enfoque ha sido el desarrollo de tecnología reutilizable, ejemplificada en el cohete New Shepard, que ha realizado vuelos suborbitales tripulados desde 2021. Bezos también ha planteado ambiciosos proyectos a largo plazo, como construir colonias espaciales autosuficientes para millones de personas, inspirándose en las ideas del físico Gerard K. O'Neill. Su visión se centra en preservar la Tierra al trasladar las industrias pesadas fuera del planeta.

Por otro lado, Elon Musk, fundador de SpaceX, ha revolucionado la industria con su objetivo audaz de colonizar Marte. Desde su fundación en 2002, SpaceX ha logrado hitos históricos, como el desarrollo del primer cohete reutilizable, Falcon 9, y el diseño de la nave Starship, pensada para viajes interplanetarios. SpaceX también lidera en la democratización del acceso al espacio con proyectos como Starlink, una red global de satélites para internet de alta velocidad. Musk ha sido un defensor de convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria, argumentando que la exploración espacial es crucial para la supervivencia a largo plazo de nuestra civilización. La competencia y las innovaciones de Bezos y Musk han abierto una nueva era espacial donde el sector privado desempeña un papel central, impulsando avances tecnológicos y nuevas posibilidades para la exploración del cosmos.

      
             
      

“Que dos de las personas más ricas de Estados Unidos están metido en este fregado nos indica que aquí algún tipo de negocio debe haber”, concluye Iborra.