Expertos advierten de no confundir emociones naturales "propias de la vida" con patologías

En los últimos años, la salud mental ha tomado un lugar central en el debate social y sanitario, tanto a nivel global como en Navarra. De acuerdo con los datos recientes del Observatorio de la Salud Mental de Navarra, uno de cada cinco navarros ha experimentado algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida, con un incremento preocupante de casos de ansiedad y depresión, especialmente tras la pandemia del COVID-19.

A pesar de los esfuerzos realizados, como la implementación de planes de salud mental y la mejora en el acceso a servicios, aún la sociedad se enfrenta a retos importantes. Entre ellos, la estigmatización social que rodea a estos trastornos, la escasez de recursos especializados y las listas de espera para recibir atención psicológica y psiquiátrica. Además, los jóvenes y los mayores de 65 años se encuentran entre los grupos más vulnerables, lo que resalta la urgencia de seguir avanzando en la detección temprana y el apoyo comunitario.

Hoy, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, en Cope Navarra hemos hablado con la psiquiatra Pilar de Castro Manlano, especialista en psiquiatría de adultos, psiquiatría infantil y adolescente en la Clínica Universidad de Navarra. “Muy buen momento porque se está empezando a desestigmatizando, aunque aún queda mucho. Hay mayor sensibilidad social ante estas dificultades y este reto o desafío, que puede repercutir muy bien en la sociedad si somos capaces de afrontarlo bien”.

Hay que diferenciar la vida normal, los eventos habituales “del vivir” que vamos a tener todos de las patologías. “Emociones naturales ante eventos propios del vivir: el fallecimiento de un ser querido, una primera dificultad con iguales, dificultades en el trabajo... Vamos a tener todos. Lo importante es aprender de las dificultades a superarnos. Eso no es patología, eso es la vida”, indicaba Pilar de Castro.

Alfonso Echávarri ha indicado que está bien que se hable ahora de Salud Mental, pero pide que esto no se convierta en una moda pasajera. “Hay personas que está con un tirón mediático, que están hablando sobre su salud mental, sobre su depresión... está muy bien. Pero claro, si se convierte en una moda, igual podemos confundir temas que son normales, de lo que esto que se llama vivir, de un problema de salud mental”.

¿Cuándo podemos hablar de patología entonces?

Cuando ese estado emocional y mental afecta a dos o más áreas de la vida de una manera moderada o severa. “Que afecta negativamente a tu capacidad de afrontamiento, a tus relaciones interpersonales, al tu estado de humor, a tu relación contigo mismo...”. Pilar de Castro, además, indica que estos problemas de salud han aumentado en los últimos tiempos. Y no precisamente por la pandemia, ella lo achaca más a la irrupción de las redes sociales, en concreto a Instagram, Tik-Tok e X (antiguo Twitter). “Son las que más interactúan y afectan a la imagen personal, a la creencia de uno mismo y del entorno. Son las más intensas, otras son más pasivas y no afectan tanto. Estas están haciendo afectando negativamente a la autoestima de los menores y también a la vida de los adultos, porque la gente está enganchada”.

Pilar de Castro indica que las familias y los colegios son fundamentales a la hora de promover el “autocuidado” y la importancia “de vivir con más tranquilidad”. “Vivimos acelerados, y no sabemos por qué ni para qué”. Es muy importante quitar “estímulos externos que distorsionan la comunicación” y aprender  “a cuidar de nosotros mismos, de la familia, de uno... ¿Cómo? “Con una alimentación adecuada; con ejercicio regular; durmiendo lo adecuado; con unos horarios y unas estructuras que permitan espacios de conversación, espacios de disfrute en familia, de disfrute con nosotros mismos”.

Además, Pilar de Castro ha querido incidir en los efectos nocivos del consumo de sustancias. Es el caso de la marihuana, por ejemplo. “Se ha normalizado, por desgracia, el consumo de sustancias como la marihuana. Muchos jóvenes buscan la marihuana como método de evasión o de relajación, sin darse cuenta que la marihuana tiene un efecto directo sobre las neuronas y sobre redes neuronales. Implica, por ejemplo, una alteración de la percepción, se vuelven muchas veces más agresivos e interpretan mal la realidad. Les afectan la capacidad de concentración y de mantenimiento de la atención y se ha visto que, por ejemplo, la marihuana baja el cociente intelectual”.

Por otro lado, Alfonso Echávarri ha querido indicar toda la labor que se realiza desde el Teléfono de la Esperanza en favor de la salud mental. No sólo es recibir las más de 14.000 llamadas al año. Sino que también tienen un servicio presencial y otro vía chat. En el Teléfono de la Esperanza trabajan 126 personas, de las cuales la mayoría son voluntarios.

Salud mental en personas mayores.

Por los micrófonos de Cope Navarra también ha pasado con Nicolás Martínez, jefe del área de geriatría del HUN. Martínez ha apuntado que vivimos más años y que, por tanto, tenemos más opciones de padecer enfermedades mentales.“Vivimos casi 84 años. Esas personas habrán visto perder muchísimos seres queridos, habrán acumulado muchísimas enfermedades. En muchas ocasiones, hay aislamiento. Hay una serie de factores que sí, que reconozco que tienen que ver con el envejecimiento y tienen mucha relación”.

Sin embargo, también asegura que no siempre es así, que no hay que estigmatizar, que no se puede indentificar a persona mayor con enfemerdad mental. Porque cada vez llega más gente a la edad anciana en mucho mejor estado de salud. “Ser ser anciano o persona mayor no inherentemente significa que vayamos a tener enfermedad mental. Sí que es cierto que existe un contexto en las personas mayores, de mayor acumulo de enfermedades; no sólo mentales, sino también físicas”.

Y por último, Nicolás Martínez ha asegurado que hay que prevenir cuanto antes que estas enfermedades de salud mental lleguen cuando nos hagamos mayores. Por supuesto, una vida saludable es fundamental también para evitar estos problemas de salud. Fomentar una vida activa, una vida en sociedad... pero también el hacer ejercicio. “Tener tus propios hobbies, tus relaciones con amigos, con las familias... En un estudio que hacemos en ancianos hospitalizados, les ponemos en un programa ejercicio. Evidentemente tú entrenas y mejoras funcionalmente, físicamente, pero es que estas personas mejoran también cognitiva y afectivamente”.