MUNDO RURAL

Un joven de un pueblo de Tierra Estella muestra el gran problema del mundo rural con el despoblamiento: "Muchas menos posibilidades"

El 61 por ciento de los municipios navarros está en riesgo de despoblación, en concreto 166 localidades de las comarcas del Pirineo, Prepirineo, Sangüesa y Tierra Estella tienen un problema grave de despoblamiento. En COPE Navarra queremos conocer la situación a fondo

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el - Actualizado

12 min lectura

      
      
             
      

La realidad de vivir en una pequeña localidad en Navarra implica una serie de problemas, y serios. Hay que tener en cuenta que el 61 por ciento de los municipios navarros está en riesgo de despoblación, en concreto 166 localidades de las comarcas del Pirineo, Prepirineo, Sangüesa y Tierra Estella tienen un problema grave de despoblamiento, recalco lo de problema grave. ¿Y eso qué implica? Pues muchos problemas, desde las comunicaciones, las conexiones, los servicios y la necesidad de tener un coche para vivir en el mundo rural.

Comparte conmigo cerca de 4 horas de testimonios, repartidos en más de 20 protagonistas, para conocer la realidad de las cinco merindades de la Comunidad Foral, en las que vamos a visitar lugares como las Bardenas Reales, Amescoa, Lesaka, Urriza, Eslava o el Pirineo.

Una foto de una realidad que pone en peligro la diversidad de Navarra, hay que saber que el 70 por ciento de pueblos navarros tiene menos de mil habitantes. ¿Merece la pena? En un lado de la balanza está el contacto con la naturaleza, el aire puro o la tranquilidad de vivir lejos de la ciudad, en el otro lado hay que poner la poca ayuda de las instituciones, los problemas con la administración y las comunicaciones; por carretera, teléfono e internet.

En COPE Navarra comenzamos una semana dedicada al mundo rural, los estilos de vida, los trabajos, los problemas que se encuentran y esas sensaciones maravillosas que nos deja la vida de pueblo. Acompáñanos.

TESTIMONIOS

Conocemos los primeros tres testimonios sobre el mundo rural y el despoblamiento: Julen Rekondo, Susana Arizcun, Cristina Tabernero y Javier Iborra

JULEN REKONDO

Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente, nos explica su visión sobre el mundo rural y el problema del despoblamiento. 

      
             
      

Cada vez hay más pueblos abandonados o semiabandonados, con muy poca gente. Y va en aumento, pues en muchos de ellos solo viven mayores de 65 años o más. Es un fenómeno preocupante que se repite a escala planetaria y en Navarra. 

El despoblamiento de lo rural tiene una repercusión económica y social, pero también es muy importante su incidencia ambiental. Las consecuencias del despoblamiento se traducen en un incremento de los principales problemas ambientales. Paso a enunciar algunos de los más importantes:

a) La desertización demográfica conlleva a una serie aspectos negativos en cadena, y, entre ellos, citaría el abandono de cultivos, pastos y bosques, desarrollo incontrolado de vegetación espontánea, … además de que la aridez y la sequía aumentan.

      
             
      

b) Los riesgos de pérdida de biodiversidad. Navarra es un región que tiene desde un accidentado relieve y montes, junto a bosques, importantes valles fluviales y zonas agrícolas, que nos proporcionan un importante índice de biodiversidad. La existencia de cultivos permanentes en secano y en regadío contribuyen a evitar la erosión, a mantener el paisaje y la biodiversidad. Es necesario el mantenimiento de dichos cultivos y el fomento de la agricultura de conservación, que también está amenazada por los macroparques fotovoltaicos, con pérdida de suelos agrícolas, entre otras cuestiones.

c) Otro de los problemas ambientales que pueden ir en aumento, son los derivados de la propagación de incendios, producto de un abandono de nuestros bosques, que no hace más que agravar el problema del cambio climático.. Como bien sabemos, los incendios y por tanto la pérdida de cubiertas vegetales es la mayor causa de erosión a través de la pérdida de biodiversidad. Es necesario un esfuerzo real en la prevención de incendios y es patente que el despoblamiento de las zonas rurales y el abandono de los usos tradicionales de la agricultura y la ganadería, no hacen más que agudizar este grave problema para nuestra Navarra.

d) La degradación de paisajes y pérdidas de paisajes agrarios.

      

SOLUCIONES

Me resisto a que no las haya. Aunque algunas alternativas que se atisban, que no creo que sean la solución a la despoblación.

En algunos de los sectores que se movilizaron en febrero y marzo de 2024 se realzaba el papel de la Política Agraria Comunitaria (PAC), que mostraban como está al servicio de las grandes explotaciones: cuanta más tierra tiene un agricultor más subvención recibe. Es una herramienta de la Unión Europea en favor de la producción masiva de comida por las empresas agroalimentarias. Nada o poco hace para conservar la tierra o dar apoyo a pequeños y medianos agricultores y ganaderos.

A pesar de las subvenciones de la PAC, queda poca gente para trabajar la tierra. La mayoría son mayores, muchos por encima de la edad de jubilación. No se ve un relevo generacional. La gran cuestión sigue siendo pues, ¿cómo parar o revertir la despoblación?

Una tendencia que se nota en los últimos años es que hay un ligero aumento de jóvenes profesionales que llegan de las ciudades. Traductores, arquitectos, escritores, incluso administrativos/as de todo tipo (los llamados ‘nómadas digitales’). Con la extensión de Internet por casi todo el campo español, es factible para muchos/as trabajar en un pueblo. Los alicientes existen: las casas son más baratas; el cambio climático hace que las ciudades y municipios cementados sean menos atractivos; la vida es más tranquila y menos contaminada; puedes tener un huerto o mirar la vía láctea.

Un goteo de nuevos/as residentes es bienvenido, pero no soluciona el problema básico: ¿quien trabajará la tierra?, ¿quien producirá la comida localmente? Si nadie lo hace, el campo será bosque (rewilding) y turismo.

Turismo

La solución a la despoblación que dan por todos lados, y, también en Navarra, por parte de la administración es el turismo. Muchos municipios y comarcas trabajan para atraer a turistas. Pero, el turismo tampoco asienta mucha población. Ayuda a que haya bares, casas rurales, hoteles y restaurantes, beneficiando a los propietarios y a algunos empleados/as, pero no resuelve el problema de la despoblación. Además, en el caso de Navarra, puede valer para algunas épocas del año, pero no a lo largo de todas estaciones del año.

Hoy en día, el mundo rural tiene que continuar, entre otras cosas porque es aquello de donde viene para alimentarnos. Ahora bien, preservar la agricultura y la ganadería solo se puede será posible si las condiciones climáticas, de fertilidad del suelo, de biodiversidad, se mantienen. Esto lo estamos viendo ya en muchas partes del mundo donde zonas que eran fértiles y que tenían grandes comunidades rurales que vivían de la agricultura se desplazan, tienen que dejar sus tierras, su modo de vida, precisamente por los impactos del cambio climático. En este sentido, lo que haya que hacer con la agricultura y la ganadería tiene que tener una visión climática y ecológica.

Las soluciones son complejas, difíciles... pero creo que hay todavía forma de salvar a las zonas rurales, que las defino como fábricas de elementos imprescindibles para la visa, como el agua, la calidad del aire, las energías limpias y los alimentos. Hay que potenciar la agricultura y ganadería sostenible, la extensiva, y no la intensiva, la agroindustrial, como las macrogranjas.

En los últimos tiempos en Navarra han nacido diversas asociaciones de productores, asociaciones de consumidores, organizaciones ambientales y de defensa del territorio, que se plantean promover la transición a un modelo a pequeña y mediana escala, sostenible, diversificado, agro-ecológico y destinado prioritariamente a la comercialización y consumo local, con precios justos tanto para las personas productoras como consumidoras, que reduzca la contaminación y los plaguicidas, que disminuya la burocracia y frene la desaparición del sector agrario familiar y del mundo rural.

Hay que superar el discurso del no hay alternativas al despoblamiento, y pensar en nuevos modelos, nuevas políticas y acciones coordinadoras, para evitar la pérdida cultural y ambiental que supone el fin del mundo rural.

La agricultura tiene un enorme potencial de producir alimentos sanos, capturar carbono, crear paisajes vivos, participar en los ciclos naturales, aportar valores sociales y culturales, que ha sido elogiado desde la antigüedad. Y más con los conocimientos actuales. Hay que cuidar la agricultura y el acceso a los alimentos por encima de los espejismos de la productividad a toda costa.

Hay dos pilares básicos: El mantenimiento de la política de producciones y mercado, como condicionante básico clave para evitar el despoblamiento de los profesionales agrarios, potenciando los mercados de cercanía, la agricultura y ganadería ecológica, en vez de la de la destrucción actual de vida animal y plantas a causa de fertilizantes e insecticidas químicos...., la del kilómetro cero, y un segundo pilar, con ayudas al desarrollo rural, y aquí es obligado citar a la educación, electrificación, recuperación del patrimonio rural, transporte, ..

SUSANA ARIZCUN

Susana Arizcun, de Consumidores Irache, explica que "uno de cada cuatro navarros considera que su banco no le presta la atención presencial que necesita".

Uno de cada cuatro ciudadanos navarros cree que su banco no le presta la atención presencial que necesita, según señala una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Esta experiencia de desatención se eleva hasta el 32% entre las personas de entre 46 y 65 años. 

Pueblos sin banco

Frecuentemente llegan a Irache personas con dudas sobre sus cuentas u otros productos bancarios. Un buen número de ellos, especialmente los vecinos de pueblos pequeños, se muestran además molestos porque en su localidad no hay ninguna sucursal de su entidad para poder consultar estas cuestiones.

Según los datos del Banco de España, el número de oficinas bancarias en Navarra ha bajado 169 en los últimos nueve años. Actualmente hay en Navarra 402 sucursales bancarias repartidas en 124 municipios. De este dato se concluye que hay otros 148 municipios sin ninguna sucursal bancaria, el 54% del total. Hay que tener en cuenta que precisamente en muchos de estos municipios, de poca población, viven personas de edad avanzada y no familiarizadas con las nuevas tecnologías, el colectivo más vulnerable a la hora de no recibir atención presencial en cuestiones financieras.

Horarios restringidos

Son igualmente habituales en Irache las quejas de clientes de bancos porque su entidad solo les atiende unas horas al día para hacer operaciones cotidianas. Es decir, los clientes solo pueden solicitar que les paguen una multa desde su cuenta, el recibo de luz, que les hagan una transferencia o que les revisen la libreta los lunes y miércoles de nueve a once de la mañana, por poner un ejemplo. Desde el banco les dicen que estas operaciones las pueden hacer online desde su casa, pero en muchas ocasiones son personas mayores que no cuentan con conocimientos para usar internet o se sienten incómodas al hacerlo.

Si en otras épocas los bancos atendían presencialmente cualquier duda del consumidor, por pequeña que fuera, ahora hay que pedir cita previa prácticamente para cualquier consulta y probablemente esperar algunos días para ser atendido. Esto provoca un malestar en los clientes, acostumbrados a una atención más ágil, especialmente si se trata de alguna cuestión que requiere cierta premura.

Cambio de modelo

Al observar los cambios del sector bancario en los últimos años se aprecia un cambio de modelo. En él, el consumidor debe ser más autónomo para poder realizar muchas de las operaciones.

Los avances tecnológicos ofrecen, sin duda, grandes posibilidades al consumidor. Sin embargo, es necesario que este cambio se ejecute de forma muy progresiva, cuidadosa y pedagógica. Por un lado, las mejoras tecnológicas en internet y cajeros deberían ir acompañadas de la necesaria formación para que los clientes las puedan utilizar en toda su amplitud.

Por otro lado, habría que garantizar el servicio a las personas que no se ven capacitadas para actuar por estos medios y prefieran una atención presencial. En Irache percibimos que muchas personas, especialmente mayores, en dificultades económicas o con poca formación, se sienten desamparadas y tienen dificultades para llevar a cabo operaciones de necesidad cotidiana, como el pago de recibos o simples transferencias de dinero.

Piden un trato cercano

Hay que tener en cuenta que, según una encuesta encargada por Irache, el 45% de los clientes de los bancos valoran que estos ofrezcan un trato cercano (45%), un aspecto especialmente valorado entre las personas mayores de 45 años (62%) y entre los vecinos de localidades pequeñas (53%).

Iniciativa para poner cajeros

El Congreso de los Diputados comenzó en febrero la tramitación parlamentaria de una proposición de ley para garantizar el servicio de cajeros automáticos en municipios y en barrios que estén en riesgo de exclusión financiera. La proposición de ley establece que las prestaciones mínimas del cajero automático son la retirada y el ingreso de dinero en efectivo, el pago de recibos y de tributos, las consultas de movimientos y de saldos, la obtención de extractos, y la realización de transferencias.

Asegurar en Navarra una atención financiera adecuada a todos los ciudadanos

A la espera del recorrido de esta normativa, convendría que los responsables legislativos aseguren en Navarra una atención financiera adecuada a todos los ciudadanos, pero especialmente a las personas mayores, a las más vulnerables y a los vecinos de municipios menos poblados y peor comunicados. Esta atención podría ofrecerse de diferentes maneras, como una mejor distribución de sucursales, la instalación de cajeros automáticos para poder hacer las principales operaciones o el establecimiento de horarios de atención bancaria presencial en las localidades, ya sea mediante establecimientos fijos o con turnos rotatorios.

JAVIER IBORRA

Javier Iborra, periodista de Diario de Navarra, y que tiene sus raíces en Acedo, localidad navarra de Tierra Estella, explica que "si tu pueblo se ha quedado tan despoblado pues tienes muchas menos posibilidades de hacer una cuadrilla, de vivir experiencias, de tener una vida, pues como la que se espera de alguien del siglo veintiuno".

CRISTINA TABERNERO

Con el despoblamiento y el empobrecimiento del mundo rural se pierden muchas cuestiones, Navarra es una tierra en la que su crecimiento ha estado de la mando de la agricultura, la ganadería y de la vida del pueblo. Vamos perdiendo población, profesiones, cultura y también, tal y como nos explica Cristina Tabernero, de la Universidad de Navarra, también perdemos modos de hablar, expresiones y palabras, y eso que, afortunadamente, al menos ha cambiado algo, ya no es un desprestigio esas palabras digamos de “pueblo”

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