Este es el motivo por el que el nivel de riesgo cambia para cada persona: "Le falta el apellido"

El riesgo es una reacción ante la probabilidad o las consecuencias que se pueden dar ante una situación o acción

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el

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Joaquín Sevilla, físico y profesor de la Universidad Pública de Navarra, explica en COPE Navarra los distintos sentidos que se le da al riesgo, así como los diferentes contextos en los que se utiliza. La amplia variedad de las acepciones que tiene es porque le falta el apellido.

La percepción del riesgo es un proceso cognitivo complejo que influye significativamente en la toma de decisiones de los individuos y las sociedades. Este fenómeno psicológico se refiere a cómo las personas evalúan e interpretan las amenazas potenciales en su entorno. Lejos de ser un proceso puramente racional, la percepción del riesgo está moldeada por una variedad de factores, incluyendo experiencias personales, contexto cultural, y sesgos cognitivos.

Un aspecto fundamental de la percepción del riesgo es su naturaleza subjetiva. Dos personas pueden enfrentarse a la misma situación y evaluarla de manera completamente diferente. Por ejemplo, mientras que para algunos viajar en avión puede parecer una actividad de alto riesgo, para otros puede ser considerado más seguro que conducir un automóvil. Esta variabilidad en la percepción se debe en gran medida a factores individuales como el conocimiento previo, la familiaridad con el riesgo, y las emociones asociadas.

Los medios de comunicación juegan un papel crucial en la formación de la percepción del riesgo a nivel social. La manera en que se presentan y enfatizan ciertos peligros puede amplificar o disminuir la percepción de riesgo en la población. Por ejemplo, la cobertura intensiva de eventos raros pero dramáticos, como ataques terroristas, puede llevar a una sobrestimación de su probabilidad, mientras que riesgos más comunes pero menos sensacionalistas, como las enfermedades cardíacas, pueden ser subestimados.

La cultura y el contexto social también influyen significativamente en cómo percibimos los riesgos. Diferentes sociedades pueden tener distintas tolerancias al riesgo basadas en sus valores, creencias y normas sociales. Por ejemplo, algunas culturas pueden ver ciertos comportamientos de riesgo como una forma de demostrar valentía o masculinidad, mientras que otras pueden valorar más la precaución y la seguridad.

Los avances en la comprensión de la percepción del riesgo han tenido importantes implicaciones en campos como la salud pública, la seguridad laboral y la gestión de desastres. Los responsables de políticas y los comunicadores de riesgos ahora reconocen la importancia de considerar no solo los datos objetivos sobre los peligros, sino también cómo estos son percibidos por el público. Esto ha llevado a estrategias de comunicación más efectivas y a intervenciones mejor diseñadas para mitigar riesgos.

      
             
      

En conclusión, la percepción del riesgo es un fenómeno multifacético que va más allá de la simple evaluación de probabilidades y consecuencias. Comprender cómo las personas perciben los riesgos es crucial para desarrollar políticas efectivas de seguridad y salud pública, así como para mejorar la comunicación de riesgos. A medida que nuestras sociedades enfrentan nuevos desafíos, desde pandemias hasta cambio climático, la investigación continua en este campo será esencial para navegar eficazmente estos riesgos complejos y en evolución.

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