El navarro que evangelizó en la India y Japón después de 13 meses de viaje

Hace 472 años moría en la isla china de Shangchuan (Sanchón, también denominada San Juan), uno de nuestros santos más conocidos, San Francisco de Javier. Patrón de Navarra desde 1621, aunque la declaración no fue ratificada por las Cortes hasta 1624. 

San Francisco de Javier nació en 1506 en el seno de una familia noble en una época belicosa, de la anexión de Navarra a la corona de Castilla y Aragón. Lo cuenta Javier Iborra: “Descendía de una familia noble por los cuatro costados, por los cuatro abuelos. Por parte materna pues eran los herederos de ese castillo y del señorío de Javier”. Francisco nace en el año 1506 y fue el más pequeño de varios hermanos. “Gracias a eso le tocó vivir con menos intensidad unos años bastante convulsos para Navarra, como fueron aquellos de la anexión a la corona de Castilla y de Aragón,”

Su padre había estudiado en Bolonia, y Francisco de Javier marchó a estudiar a la Sorbona de París. Aspiraba a entrar como Canónigo de la Catedral de Pamplona y fue a estudiar Derecho Canónico a París. Allí terminó estudiando Artes y se convirtió en maestro de Artes. Allí en la Sorbona se encontraba otro medio centenar de navarros. “Él iba allá a prepararse eh era un segundón de la familia, entonces su puesto estaba en el clero”

Allí, en Paris conoció a Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los Jesuitas. Ignacio de Loyola, curiosamente “había peleado contra sus hermanos” en Pamplona y había resultado herido. En París se encontraba dando los primeros pasos hacia la fundación de lo que luego sería la Compañía de Jesús. “Convenció a Javier de que se le sumara” en una época en la que el Luteranismo y la Reforma acababan de surgir en Europa. Fue convencido por este guipuzcoano que era bastante mayor que él, “unos 15 ó 16 años”. Aunque no sin insistencia, porque tardó varios años en “convencerle”. Se conocieron en el 1529 y hasta 1533 “no determinó de convencerle del todo”. Ya a partir de entonces, ya Francisco de Javier formó parte de este inicio de la Compañía de Jesús.

En un principio, la expedición solicitada por el monarca portugués a Ignacio de Loyola, la conformaban dos portugueses, pero uno de ellos cayó enfermo y fue sustituido por Francisco de Javier. Se embarcó rumbo a la India. “Javier, por fin pudo participar en en una flota en la que iban cinco galeones. Salió el 7 de abril de 1541 con 35 años. Tardaron 6 meses en llegar a Mozambique y al final llegaron en mayo del 42. Es decir, 13 meses después de haber salido del Lisboa”.

Durante más de una década, viajó incansablemente por India, las Islas Molucas, Japón y otras regiones, llevando el cristianismo a lugares donde no se había predicado antes. Aprendió idiomas locales, adaptó su predicación a las culturas que visitaba y se esforzó por formar comunidades cristianas sostenibles.

Falleció el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Shangchuan, cerca de la costa de China, mientras intentaba ingresar al país para continuar su labor evangelizadora. Fue canonizado en 1622 junto con Ignacio de Loyola, y es considerado el patrón de las misiones. Su vida es un testimonio de entrega total a la fe y al servicio de los demás.