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Pautas para no padecer el síndrome del cuidador quemado: "Más de la mitad lo sufren"

Blanca Marín, premio nacional de Enfermería, da una serie de consejos para que no llegue el cansancio del cuidador

Fermín Astráin

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

En Navarra se estima que hay más de 18.000 personas en situación de dependencia que necesitan atención. Y este dato podría ser mayor e irá en aumento en los próximos años. La gran parte de estas personas recibe cuidados en el entorno familiar, donde las mujeres predominan como cuidadoras, con más del 88%.

En muchas ocasiones, estas personas que atienden a los pacientes descuidan su día a día y su vida en general para vaciarse en el cuidado de ese ser querido. Y eso puede acabar en un síndrome que se llama cansancio del cuidador, también conocido como síndrome del cuidador quemado. Es una situación común entre quienes velan de manera constante a personas mayores o con enfermedades crónicas o con alguna discapacidad.

Un estudio publicado en el 2017 en la revista Psicología y Salud muestra que el 52% de los cuidadores muestran del síndrome del cuidador, teniendo el 36% de ellos depresión y el 98% ansiedad.

Por eso, Blanca Marín, premio nacional de enfermería, enfermera y profesora jubilada de la UPNA, da una serie de pautas para el autocuidado de las personas cuidadoras. “Tiene que llevar una dieta sana y equilibrada. No basta con alimentar bien a nuestro familiar al que cuidamos, sino que tenemos que alimentarnos nosotros también bien. Para tener niveles de energía y concentración adecuada”. En muchas ocasiones, puede parecer que la actividad física que se realiza con el paciente será suficiente, pero no lo es. “Hay que hacer ejercicio, porque es un gran destructor del estrés. Hay que reservarse un tiempo para hacer ejercicio”.

Pero además, no se puede descuidar los pequeños o grandes problemas de salud de la persona que atiende al dependiente. Hay que realizarse los controles médicos periódicos necesarios. “El cuidador se deja en último lugar. Pone en primer lugar a la persona a la que cuida, y se abandona. Hay que ir a tratarse los problemas anteriores o los que se puedan detectar por ese cansancio”. Y hay que hacerlo con “rapidez”.

Una organización buena en todsa las tareas que hay que realizar en el hogar, que se ven incrementadas en este tipo de situaciones, ayuda mucho. Por supuesto, el descanso es fundamental. Dormir bien es esencial para poder afrontar el próximo día con energía suficiente. “Es importante que tanto el cuidador como la persona cuidada duerman”. Si la persona dependienta no duerme, no dejará dormir a quien está con ella. “Estamos con una preocupación constante. Hay que buscar la manera de que la afectada duerma y que nosotros también durmamos”.

      
             
      

Y, por último, es fundamental también el disponer de un tiempo de ocio. Blanca Marín asegura que hay que encontrar “la forma de tener un relevo”. Un relevo para que el cuidador pueda tomarse unos días libres. “Alguna hora al día, algún fin de semana e incluso un mes de vacaciones al año”.

Aquí en Navarra disponemos de dos ayudas fundamentales a las que se pueden acoger las personas cuidadoras, el Servicio de Atención a Domicilio y el Programa de Respiro Familiar.

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