Estas son las experiencias de cuatro seminaristas en Pamplona ante el Día del Seminario del 23 de marzo
Diego, Xavi, de tercero, Miguel y Andoni, de quinto, relatan sus vivencias para los micrófonos de COPE Navarra

Los seminaristas en las escaleras del Seminario San Miguel de Pamplona.
Pamplona - Publicado el
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Este domingo 23 se celebra el Día del Seminario bajo el lema 'Mírale. Descúbrele. Entrégate'. Hoy, en Mediodía COPE en COPE Navarra ha ido al Seminario para compartir unos minutos con cuatro seminaristas: Xavi y Diego (tercer curso) y Andoni y Miguel (quinto curso). Los cuatro han contado cómo fueron llamados por Dios para dar el paso, cómo se lo contaron a familiares y amigos y cómo es su vida en el Seminario.
Andoni es de Uharte-Arakil. Es profesor y llevaba una “vida cómoda” cuando recibió la llamada. “A los 27 años, llevaba una vida muy feliz y muy llena, pero yo me daba cuenta de que las preguntas gordas de mi vida no las estaba respondiendo: ¿A qué me voy a entregar? ¿A qué voy a entregar mi vida?”. A través de la oración se fue dando cuenta de que esas respuestas las podía responder dando este paso tan importante.
Andoni habló con un sacerdote conocido, ese fue el último empujón. “Yo no fui con la intención de proponer el entrar en el Seminario, sino que en el transcurso de esa conversación, se fue soltando esa especie de nudo que yo tenía dentro”. Fue cuando le puso encima de la mesa la duda que tenía y entonces fue cuando dio el Sí.
Xavi se encuentra en tercer curso y decidió dar el paso justo al graduarse. Él también iba camino de ser profesor. Llevaba más de dos años con novia. Ese fue uno de los momentos más complicados, explicarle a su pareja la decisión que había tomado. “Pensando en formar una familia y tener hijos para educarlos en aquello que yo había recibido”.
Para él fue un momento “duro pero bonito a la vez”. Él quería una chica con la se planteaba un futuro, pero apareció Dios. “Lo vi claro y pedí consejo con el sacerdote con el que hablaba. Hice un trato con Dios y le pedí que me echara un cable”. Xavi recuerda que Dios hizo “que ese momento se pudiera dar” y asegura que fue el Espíritu Santo quien le ayudó a explicárselo a la chica. “Recuerdo cuatro o cinco cosillas de aquella conversación de una hora y pico”.

Xavi, seminarista de tercer curso.
Miguel estaba ya trabajando cuando le llegó la vocación y ahora se encuentra en quinto curso. Tenía una vida también cómoda y ordenada, pero “sentía que tenía que haber algo más en la vida”. Él se hacía esa pregunta y se la hacía a Dios en la oración. “Era algo que va creciendo ahí, al principio me daba miedoy lo vas metiendo abajo a a alfombra, lo vas escondiendo. Pero eso va creciendo, es una especie de olla a presión que va creciendo dentro de ti. Llega un día en el que sí me entrego”. Asegura que pensaba que estaba hecho para algo más.
Para Diego, que también se encuentra en tercero, la vocación le fue apareciendo poco a poco. No hay un momento clave. De hecho, cuando echa la vista atrás, entonces ve momentos en los que Dios le estaba interpelando. Sin embargo, en esos momentos no era consciente de ello.
Momentos incluso en los que parece que están “alejados de Dios”. “Recuerdo una tarea en Proyecto de Hombre que me hacía ver la importancia del Bautismo, a pesar de que él lo decía un poco vacilándome”.
La formación en el Seminario es importante, desde la oración, pasando por la cultura y la oratoria. Pero siempre hay tiempo también para el deporte. Juegan a frontenis, a pala, a fútbol. Bromeando, aseguran que a Andoni nadie le tose con la pala. “El fútbol, ya es más reñido”.