El sorprendente motivo por el que se ordeña para sacar la leche siempre a la misma hora: “A las vacas lo que más les gusta es…”

La peraltesa Elsa Castillo es la cuarta generación de su familia que está al frente de esta ganadería 

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Cope Navarra

Vacas preparadas para ser ordeñadas.

Fermín Astráin

Pamplona - Publicado el

2 min lectura

La peraltesa Elsa Castillo Garrido, junto a una de sus hermanas, está al frente de una ganadería de vacas en Peralta. Ellas son la cuarta generación de su familia que se encarga de sacar leche a diario a esas vacas y de estar al frente de la explotación.

Además de estar al frente de esta ganadería en Peralta, Elsa Castillo es la primera mujer y la primera navarra en presidir la cooperativa Kaiku, constituida en 2000 por las cooperativas Gurelesa (Guipúzcoa), Copeleche (Navarra), Beyena (Vizcaya) y las empresas Inlena (Navarra) y Celasa (Álava). “Es una gran responsabilidad”.

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Cedida

Elsa Castillo, en su granja en Peralta

Compaginar la ganadería con la dirección de Kaiku no es una empresa sencilla, aunque se muestra muy acompañada y entendida. “Es complicado porque la ganadería es un trabajo muy difícil de compatibilizar con cualquier cosa. Imagínate con un cargo de este tipo. Pero tengo la suerte de que mi marido me apoya y mi hermana también”.

Cada día es diferente en la granja, y de lunes a domingo 365 días al año: “Las vacas no descansan”. El día empieza muy temprano para ella. Para las 5 de la mañana está ya con las vacas. “Lo que siempre es lo mismo es el ordeño. Hacemos tres ordeños con horarios muy estrictos. La vaca es un animal muy aburrido, a las vacas lo que más les gusta es aburrirse”.

Con 28 años se puso a trabajar en la ganadería después de haberse formado en dirección de empresas agrarias. Y es que su padre se empeñó en que se formara. “Mi padre siempre me dijo que me preparase, que la ganadería siempre iba a estar allí”. Sin embargo, acabó en la ganadería: “Tenía que intentarlo”.

En ese momento, era difícil ver a una mujer al timón. Las mujeres siempre han estado ahí al lado del ganadero, en labores de acompañamiento, “una gran labor que hay que poner en valor”, pero no era muy habitual que una mujer dirigiera la granja.

Para ella, sin duda, es un orgullo dirigir Kaiku, ser la primera mujer y la primera navarra en hacerlo. Pero también lo es seguir con la ganadería de sus antepasados, orgullosa de ser la cuarta generación que sigue con la ganadería.

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