Universitarios acompañan y hacen de mentores a menores con necesidades: "Le viene muy bien para desahogarse"
Miriam Marco y Francy Bernal son dos de los 14 integrantes de este proyecto en el que participa la UPNA
Pamplona - Publicado el
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El ruiseñor es un pájaro que canta maravillosamente cuando se siente seguro. Por eso, en Malmo, en 1997 se bautizó un programa de mentoría con este nombre, el Proyecto Ruiseñor-Urretxindorra. Desde hace más de una década, este proyecto también se desarrolla en la Universidad Pública de Navarra, en la UPNA.
Se trata de una iniciativa de mentoría social en el que alumnado universitario acompaña a escolares de primaria a lo largo del curso académico. Ser mentor supone construir una relación positiva y de apoyo con los menores, de manera que esta favorezca su desarrollo personal y social. Al mismo tiempo, para el alumnado universitario es una oportunidad de desarrollar un modelo adulto positivo.
En esta edición, un total de 14 estudiantes de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) participan este curso. Se encuentran realizando actividades lúdicas y culturales con menores de edad, fuera del horario escolar, con el fin de "crear espacios de encuentro cultural, social y de aprendizaje personal, ofrecerles apoyo y mostrarse como un modelo positivo".
Miriam Marco y Francy Bernal explica el programa de mentoría Proyecto Ruiseñor en COPE Navarra.
Francy Bernal es estudiante del Máster de Intervención Social, es colombiana y participa en este proyecto de mentoría con una niña de 11 años, hija de un andaluz y una brasileña. El objetivo para Francy es “apoyar a ciertas causas sociales dentro de la convivencia y el pluralismo de la ciudadanía”. Esta colombiana indica que su objetivo es integrar a estas personas cada vez más en Navarra. “Que conozcan más sitios de Navarra, de Pamplona, que se empapen un poco de la historia, también de la mano de un mentor que ya tenga cierto trayecto en esos conocimientos. Creo que es una forma de ir abriendo líneas de fuga y formas de pensamiento para los niños que más adelante serán nuestros adultos”.
Miriam Marco es otra mentora de una chica de 10 años. Una vez por semana suele quedar con ella y realizan todo tipo de actividades. “Suelo hacer muchas manualidades con ella, porque al hacer manualidades se abre más. Era una niña muy tímida al principio y, gracias a las manualidades, como que me cuenta cosas y habla más”. Junto a su niña mentorizada, suele ir a Pamplona, al centro, para dar una vuelta y conocer. “Parece algo básico, pero para ellos no lo es, porque es algo que no hacen todos los días. Para ellos, subir a la Taconera es un plan diferente”.
Al principio, a Miriam le costó que se abriera esta chica de tan sólo 10 años. Ni tan siquiera le miraba a la cara, ha asegurado. Sin embargo, ya están muy unidas. A ella, le ha llamado la atención las problemáticas que surgen hoy en día en los colegios. “Desde que quedamos, hasta que se termina nuestra hora, no para de hablar. Creo que le viene muy bien para desahogarse y contar sus cosas”,
Es un proyecto que trabaja con menores con mayores necesidades sociales. Para estas chicas está siendo una gran experiencia la que están viviendo junto a los menores. “Te haces ser menos egoísta. Ves situaciones que tú no lo has vivido y valoras diferentes aspectos de la vida. La cosa más sencilla, a ella le parece algo extraordinario”.
Para Francy, que además proviene de Colombia, el proyecto está siendo especialmente interesante. “Lo que me llevo como aprendizaje es muy multicultural. Aquí, en los entornos europeos, la infancia se concibe desde otro lugar, hay otro tipo de cosas. Yo tengo otras cosas en mi cabeza. El poder interactuar directamente en un contexto donde haya menores que están en un europeo, a mí me llena de muchas perspectivas. Me amplía un montón los puntos de vista que tengo”.